Mujeres de la tierra

m~ni na. La ingest ión de mil/al/e (dDtura stramonium) es justificada, cuil uralme nte. como una acción pa ra co- nocer el ' ' fu tu ro'" de los hijos , su "persona lidad..: no obs t a n t~ recubre un mecani smo que se lla en e l incons· cien te de las hijas e l modelo femeni no aceptado por la cultura. La nina bajo los efectos del al uci nógeno, coci- na rá, hilará. cuidará e l fuego , e tc. la acción mági co- ritua l del mllfaflr sirve para " fij ar" las funciones im· pues t as a la muj~: r: cualquier desviació n a esta norma es un signo trágico. La muchacha - conocedora de esta imposición - asegurará la "efi cac ia simbólica" y ejecu- ta rá lo que de e lla se cspera 19 . 2.· La figura patern a: e l discurso que cautiva El polo masculi no, cons tit uye el ancla, el refugio des- de d cual se arma el discurso familiar . Prese ncia con ha- zanas, con tempo ralidad. que habla, ejecuta , y e labo ra un sistema de ideas. Excént rico: el pad re vive en el imagina rio femenino ligado a la posesión de bienes (tierra, animales, presti· gio) y a la extem idad de la mka. de la familia, en el do- minio de In públicn. En l·nmmstc con la ima{!Cil materna. e l padre dnmin;~ el d is(;urso ya sea pnlitico u morJI . De él. la hija aprende su pc rtcncnóa étnica . su ubicac ión dentro de un mundo duntk C)(istc los dominado~ y lns dominan- tes . los huincos y h1s mapuches. El d iscurso de l padre es reproducido en toda su tClltualidad po r un hija que :1bsorhc tk é l los conteni dos morJ ics fundantes de la idco lng ia mapudlC .

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