Mujeres de la tierra

La ~vocación histórica rcst ituy~ . asimismo . la huella traumática 'que heredan las mujeres. El llanto an tiguo d~ las mapuches robadas. impedidas de hu ir por ··captores" que rompen sus ta lones para asegurar que su " presa' ' no escape . Otras v~ces . juego norma tivo que entraña un peligro real. Si bie n ~1 rapto, frecuentemente era un si- mu lacro, la ex per iencia femen ina ale rta al dolor de una capt ura "real", a la acechanza cons tant e del cazador lli ejo. La ceremonia. pos ter ior al "secu~st ro". ([ UC kga- liza la alianz¡¡ es poco relevante: la familia de l hombre pedirá a una mujer que ya está bajo el control de su linaje. ca utiva en las pautas de l orden patrilinea1 1 • La con trapartida del rap t o se rá e l "pago" de la esposa a su linaje nata l, arreglo oo:n an imales. "devolución" d~ un bien que expresa la reciprocidad "Cost umbres de antes", di cen las mujeres: e l recuerdo retro trae el ins tan te en que se produce e l desa rraigo y la marca de un camino: la const itución social del se r mujer. La tradición oral femenina recupera tambil!n d mun- do de las rep resen taciones. Posición ambigua de la ma- puche: " Malas mujeres eran las brujas". Condición que desde anti guo se les ;~si gn a. Las mujeres. centradas en la vi da lárica. en con tac to con las yerba~ que crecen junto a la tierra que trabajan , con los fruto s y Oorcs que recogen. conocen los misterios y los ciclos de muchas de dlas . El diálogo permanente con estos elementos las hace poseedoras de un conocimi ento que se vuelca con- tras( mismas. La asociación de la mujer con la bruja. parece ser una const an te un ive rsal y sus formas de punición clásicas· para las brujas el fuego y la muerte 3 . Las mujt! rcs mapu- ches acusadas de hcchice rfa no escapan a eSo! dt!St ino. Lo kalku ligado a lo femenino da cuen ta de una de las 24

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