Mujeres de la tierra

Las proposiciones son iguales. pero ngencclu!n se comu- ni'a mejor con los mapuches. En estos tes timonios de mujeres encontramos ya los primeros rasgos de la rcc laboración. En primer lugar. como se expresó. homologación de Jos modelos para evitar la dominancia del cristiano. Luego. asimilac ión de las "deidades"' en el plano de Jos opues10s complc· mcntarios: en realidad fJuquc Dios, traducida como la Virgen intenta reestablecer cl juego de la dualidad sexual. no 'omo la madre de ngeneclu!n si no como su compa- ñera. su pareja en la dfada t radicional. Los santos a su vez. son correspondientes a las di vinidades menores. Las mujeres de la tierra interpretan , asr.seglln su pro· pia m:uriz la propues ta c ristiana. También la forma de acceso a lo sobrena tu ral se dina- mizad en la recreación religiosa: cl¡x'uma y el perimon- IUn serán confrontados con los relatos b1blicos (Joel 3. 1). Dd mismo modo el mito fundaciona l del Kai-kai y Trcn·lren será relatado por las muj eres - en algunos casos- desde una lectura que involucra los textos del Génesis btblico (El Diluvio: Génesis 6-7; Sodoma y Gornorra: Génesis 19)tt. La dicotomía cris tiana entre bien y mal es planteada bajo las 'ategorfas indt"genas ~·omo comp leme nto inevi- table, no corno fuer..:as aje nas a la di námica del mundo. El signi fi can te cristiano Diablo , simbolizado por la existencia de masones. es entendible a través del huecu- J'C y su corporización en el brujo (kalku). No obstante, la singularidad, en este caso, no es la correspondencia de dos visiones ideológicas que categorizan la dualidad bien/mal como elementos inheren tes a la creación de l mundo, sino que la noción de "mal" mapuche no incor- pora el "pecado original". no retoma e l "drama' ' de la

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