Mujeres de la tierra

ext raído del sistema partida rio: la unidad entre mapu- ches y lluincas pobres en tanto objetos de explotación, la unidad ent re mujeres mapuches y lluincas en tanto obje tos de la subordinación. que comparten los mismos probkmas Así será el modelo político ideológico marxista. e l que da luga r. en alb>Unos casos. a una renexión, a una analogía que permite establecer la facti bi lidad de otra lucha: la de las mujeres. No obs tan te esta emergencia de reivindicaciones espe- <.:íficas. las mujeres mapuches. en general. no logran una participac ión tótal. en ténninos de su pn:sc ncia <.:omo suje to org;mizado: su intervención queda relegada al interior de movimientos m:is ••mplios donde ellas "salen" del espacio n:ducdonal a uno pllblico ya sea cumplien- do roles asignados por la cul tura - tomando parte en los nguillutwu:s que celebran la visi ta de los h'de res pollticos - o asist iendo <.:omo "represent ant es" de la etnía a las reuniones pollt ico-par tidistas. A pesar de ello. asisten a una ··ape rtura" dent ro de los marcos clásicos del pasado. a una cierta instancia de reconocimien to <1ue ayudará a senta r las bases de su participación pollt ica y a traspasar las fronteras de su cotidiano asen tado en la vida doméstica y prh·ada Otro punto que habla de la percepción posi ti va de l penOdo democrático. es la instauración de asentamien- tos por vla de las tomas de fUn dos. La tierra . el bien demandado por los mapuches desde los inicios de la sujeción reduccional . en ese instan te históri co. se toma más accesible: el sis tema dominante pumite resquicios pa ra poder alcanza rla y entonces. se decodifica este camino como de vent ura para la reducción. No obs tante. la lectura privilegia los rasgos que carac- terizan la pe rtenenc ia a la cultura; la c reencia en Dios y

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