Mujeres de la tierra

ésta comienza a dibujarse nítidamente. Independiente de l tiempo de residencia en la ciudad, los modos de l conflicto que produce e l ser 01ra, convergen en un proceso común La respuesta es siempre somática a las demandas u exigencias de l nuevo entorno , contestación que enuncia un cuerpo herido y catalizador de l "choque" Las mujeres relatan tos avatares de una enfermedad que se inscribe en el alma y en el cuerpo , producto de la acción de un kalku. Las fuerzas que habitan en e l polo del mal se hacen presentes en las imágenes rei terat ivas de peumas o visiones donde un hombre. un carabinero. un perro. asola y persigue, la acosa per- manememente. Pesadillas donde los vi/ú están pron- tos a introducirse en el cuerpo para "chupar" la san- gre de la mujer 61 Las figuras masculinas, símbolos del poder, se encar- ganin de ejercer la tensión. modelos angustiosos de esta suene de paranoia. del aeoso. Jm:igcncs que se sinian como signos del lluecuve. que ubicaban el dominio de Jo masculino como opresivo. El gatillo de la brujeria está sancionado por representaciones donde el "espí- ritu de un hombre grande" es aná logo con los antepa sados: un "carabinero", que expresa el símbolo de l poder huinca. En un caso, la imagen étnica. fami li ar: en el otro. reposición de la au toridad en el espacio de los dominantes" Proceso polimórfico. El abandono de las tie rra s na tales implica el desligamiento comunitario, el des prendimiento de un espacio que contibuyó al crecí miento. El "mal" nace en la ciudad asociado a las rela- ciones afectivas con hombres huincas y/o a la mater- nidad. Ruptura de la tradiciona l dist ribución de las mu- jeres, de la "reciproddad" que fu nda su intercambio

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=