Mujeres de la tierra

cian. Pa' mi dia de salida siempre iba a ~era mi tia Maree. Ya los domingos sali"amos. íbamos a ltJ Quinta Nor- mal. yo dije: "Allá en Temuco nunca salen así la gent e, porque lo Yi tan pelado, sin árboles. Andaban muchos mapuches, bastantes". Mi t{a me dcc{a: "Aqu{ vienen los puros campesinos'. Me llevaron para conocer. la primera vez fui con mi t i"o Pancho, mf tia Juano, mi tia Maree. Me dijeron que alli podía ir porque ahi iba toda ia gente de Temuco (Rosa Cabrera) Ya en su primer diálogo con la ciudad - en la infan- cia .o ado lescencia-, la mujer ha palpado la segregación espacial. Tal vez. vendiendo sola o junto a su m01drc. reconoce los límites urbanos que e l poder del huinca establece, la edificación de los blancos que grit a per- manente el hueco que la mapuche debe llenar: el lu- gar de la feria, los sitios termina les 61 , el rincón oscu- ro que puede contener a la humanidad indígena para luego expulsarla a su entorno original. Así , la migración a Santiago - específicamente- es tará también demarcada por los espacios que la pro- pia etnia se ha ' 'tomado" históricamente 62 • La d iscriminación racial se expresa -en uno de sus numerosos matices- en la disyunción espacial . Hay un lugar propuesto para que la gente de la ti erra lo ocupe e imprima en él las carac ter ísticas de su ubi- cuidad margi nada Para la mujer que labora en el empleo doméstico, al interior de una casa, el "día de salida" es el quiebre de la confinación;el remanso dentro de la gestualidad repetitiva de la opresión. Día en que se establecen !19

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