Del biombo a la cátedra: igualdad de oportunidades de género en la Universidad de Chile
Del Biombo a la Cátedra. Igualdad de Oportunidades de Género en la Universidad de Chile 101 Por último, se estima que no hay instancias de participación efectiva en las definicio- nes de políticas de personal y de perfiles de cargo, debido a que los funcionarios(as) que integran organismos triestamentales tienen poca capacidad para incidir en la toma de decisiones: “Es un funcionario que va del consejo triestamental, generalmente el funcionario va de adorno, no tiene voz ni voto” (Funcionario) Desigualdad de remuneraciones Tal como sucede en el cuerpo académico, la reciente publicación y disponibilidad de la Ley de Transparencia ha tenido importantes consecuencias en la percepción de las diferencias de sueldos en la Universidad. Si bien antes existía la hipótesis de que había brechas arbitrarias importantes, la disponibilidad de la información ha con- firmado esta situación, provocando ciertas incomodidades y molestias entre los(as) trabajadores(as), particularmente del estamento funcionario: “Lamentablemente nosotros nos hemos enterado, por la página de transparencia, de la inequidad que existe en cuanto a las remuneraciones a nivel de Universidad (…) y que incluso la página de transparencia está mal emitida, porque nos hemos dado cuenta de que hay compañeros que figuran en la contrata y en la planta” (Funcionario) “También hay compañeros que al revisar la página de la Transparencia empieza a tener malas relaciones con el colega, siendo él inocente de lo que esté ocurriendo” (Funcionario) “(…) mis compañeros piensan que gano mucho más de lo que está en mi sueldo, bueno lo pueden ver porque no tengo chamullos que gano por otro lado, ese es mi sueldo real y ahora se puede ver en internet” (Funcionario Fac. de Ciencias Agronómicas) En lo que respecta a los salarios, por lo general hay poca claridad en los procesos y normas que los regulan, especialmente cuando se trata de cambios de grado o cuando se comparan dos grados iguales que reciben distintos ingresos. Se coincide entonces, en que la determinación de las remuneraciones y, en particular, de las asignaciones que definen los directivos, es arbitraria y oscura pues responde, una vez más, al “pituto” y a razones políticas, y en ningún caso a motivos de género. No obstante, esta crítica es mucho más explícita entre los varones: “¿Sabes cuál es la respuesta que dan allá? Que la persona negoció bien, esa es la respuesta (…)Claro y las que ya llevamos más de 10 años, tontamente cuando llegamos no negociamos (…)” (Funcionaria)
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