Del biombo a la cátedra: igualdad de oportunidades de género en la Universidad de Chile
Del Biombo a la Cátedra. Igualdad de Oportunidades de Género en la Universidad de Chile 92 En estas situaciones de inestabilidad laboral, los embarazos acarrean una fuerte carga emocional, sobre todo cuando se inicia la vida académica. En muchos casos existe, incluso, miedo de comunicar la situación de embarazo, ya que ello podría ocasionar la pérdida del trabajo: “Mi marido, cuando me hice el test y salió positivo (…) lo primero que me dijo fue: no puede ser. Lo segundo que dijo fue: te van a echar. O sea entré en pánico, estaba a honorarios, venía llegando” (Académica, FACSO) A esto se suma que las mujeres reportan también cargas emocionales y culpas por te- ner que dejar a los hijos al cuidado de terceros, o bien por tener que ausentarse tem- poradas más largas para realizar viajes ligados a la vida académica. La culpabilidad se genera al tener que recurrir a estrategias excepcionales de cuidado, como firmar asistencia y devolverse a la casa para cuidar a los hijos: “Uno siempre se siente un poco culpable, porque hay que firmar, entonces… todo el mundo lo hace, pero no está explícito: mira si tu hija se te enferma, tómate el día” (Académica) “Y cada minuto y cada vez que estoy en la oficina; una parte de mi piensa que debería estar en la casa” (Académica) A su vez, los(as) académicos(as) revelan la dificultad que significa para las alumnas conciliar la vida estudiantil con la maternidad y reconocen que al interior de la Uni- versidad no existiría mucha conciencia sobre dicha problemática, como tampoco ac- ciones o mecanismos de apoyo. Todo lo anterior quedaría a criterio de cada profesor, observándose una diferencia generacional entre los profesores más jóvenes y los de mayor edad que son quienes ponen más obstáculos a las estudiantes con hijos. En torno a ello, académicos y académicas consideran que la construcción de salas cu- nas es un tema fundamental. De buenas a primeras, esto se percibe como un beneficio específico para las mujeres y solo al preguntar si debiese existir también para los varo- nes, se menciona a los padres. La posición generalizada es que este servicio debería ser una opción abierta no solo para académicos(as), sino para todos los estamentos: “Yo creo que para la tranquilidad de las madres, particularmente, tenerlos como cerca que se puede ir a ver y yo creo que eso ayuda mucho. Es una etapa muy importante para la madre y el niño y sería algo muy bueno” (Académica, Fac. de Ciencias Físicas y Matemáticas) “Pienso que sí, lo que pasa es que somos muy viejas todas, pero entiendo que con un determinado número de mujeres debería haber algo, que no hay algo, yo sé que no hay, salvo los hospitales que tienen salas cunas” (Directiva, INTA)
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