Del biombo a la cátedra: igualdad de oportunidades de género en la Universidad de Chile

Del Biombo a la Cátedra. Igualdad de Oportunidades de Género en la Universidad de Chile 87 “Yo no tengo la capacidad de organizar la correcta administración de la casa como ella lo hace, pero sí tengo la capacidad de administración para que mis hijos estén cómodos y no les falte nada” (Académico, Fac. de Derecho) Las percepciones sobre el horario y exigencias de la Universidad son variadas según el tipo de trabajo que realiza el académico y las estrategias que él mismo desarrolla para separar la vida laboral de la personal. Por ejemplo, existe la percepción de que hay un horario de cierre con el trabajo y que las esferas trabajo-familia son separadas: “Es que yo cierro el quiosco de la U cuando me voy para la casa, no me llevo trabajo para la casa, eso por principio, de repente leo un paper o alguna cosita, las tensiones si las llevo porque uno va preocupado” (Académico, Fac. de Ciencias Veterinarias y Pecuarias) “Seis, a seis y media, siete de la tarde, y lo que queda es tiempo para mí, no me llevo trabajo para la casa y ahí en la casa soy dueño de casa, soy papá, soy esposo” (Directivo, Fac. de Ciencias Agronómicas) Por otra parte, en el caso de los académicos que trabajan en investigación, se deben considerar, además, las horas de laboratorio y terreno, como también sesiones de seminarios, congresos y viajes, que implican trabajo fuera del horario formal, asunto que la mayoría de los entrevistados no problematiza: “Yo disfruto mucho los viajes y la academia te abre esas puertas y a veces me gustaría que ella me acompañara, eso me gustaría compartir un poco más esas experiencias con ella y por un tema de proyectos y tales bases entonces esa cosa se complica un poco pero me gustaría compartir más esa experiencia con ella” (Académico, Fac. de Ciencias Agronómicas) “Dedicarles algunas horas, no eran muchas la verdad, si yo me voy para atrás eran pocas las horas que yo le dedicaba a la semana a los chicos, eran las actividades del fin de semana. Y no los dos días, porque había que trabajar el sábado también. El día viernes, el día sábado era día de trabajo, venía a la oficina, así que el día sábado en la tarde y el día domingo eran dedicados a la familia” (Directivo, Fac. de Ciencias Físicas y Matemáticas) “Yo muchas veces me tengo que llevar trabajo a la casa, pero no me complica, porque llego a la casa y nadie me va a reclamar, depende de mí” (Académico, Fac. de Medicina) No obstante lo anterior, se percibe un cambio generacional que repercute en una redistribución de los roles femenino y masculino al interior de las familias: “De repente yo le escucho a alguno de ellos —no, mi señora no me aguanta que yo venga a la oficina el día sábado. Yo digo las señoras de hoy en día son distintas a las señoras de antes. Como haciendo broma. No lo sé, la verdad es que ese tipo de conversación no es una

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