Del biombo a la cátedra: igualdad de oportunidades de género en la Universidad de Chile

Del Biombo a la Cátedra. Igualdad de Oportunidades de Género en la Universidad de Chile 74 “En mi caso la carrera ha sido más difícil que en el caso de muchos hombres. Muchos de los colegas varones obtuvieron su tiempo completo hace diez años atrás y en mi caso condicionaron mi horario completo al Doctorado” (Académica, Fac. de Filosofía y Humanidades) “Dentro del INTA llegué a ser profesora asistente y después, en un período de un director bastante machista diría yo, en el contexto de que las mujeres tenemos que estar como demostrando en cada minuto todo lo que somos capaces de hacer. Me pasaron a la carrera académica adjunta porque según el director de ese momento no tenía las capacidades de llegar más arriba” (Directiva, INTA) Como consecuencia se acepta, por académicas y académicos, que las mujeres deben estar continuamente esforzándose para demostrar lo que valen y así cumplir con una serie de rasgos para ser reconocidas. Esto sucede no solo en cuanto a su rol profesio- nal, sino también de acuerdo a los estereotipos propios de la femineidad: “Tenemos que estar siempre demostrando que somos capaces, porque si no inmediatamente te ningunean. Tendríamos que ganar más porque además te tienes que ver bien, porque tendríamos que tener plata para la peluquería, asignación, para las manos, el gimnasio, porque siempre te exigen andar bien vestida, verte distinguida, tienes que hacer clases y no puedes ir con jeans entonces deberíamos ganar más” (Académica, INTA) “Es que las mujeres tienen que constantemente demostrar algo y en un mundo de hombres como este eso puede ser particularmente crítico para algunos (…), no creo que para el hombre sea así porque está en un feudo masculino, de alguna forma la mujer tiene que ser muy visual, evidenciar lo que están haciendo para ser evaluadas, valoradas” (Académico, Fac. de Ciencias Agronómicas) Sin embargo, hay que tener en cuenta que estas atribuciones no siempre son percibi- das como negativas, en especial desde el punto de vista de los académicos hombres: “Yo la verdad me he sentido más cómodo trabajando con mujeres que con hombres. En mi equipo de investigación han sido mayoría las mujeres y ha sido principalmente por el sentido de compromiso. Es que las tesistas siempre terminan antes que los hombres” (Directivo, FAU) De esta manera, se señala con reiteración que, pese a no existir políticas discrimina- torias explícitas, esta es una realidad que igual existe. Los académicos la atribuyen a factores culturales presentes en la sociedad, los que se replicarían al interior de la universidad:

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