Del biombo a la cátedra: igualdad de oportunidades de género en la Universidad de Chile

Del Biombo a la Cátedra. Igualdad de Oportunidades de Género en la Universidad de Chile 156 no han constituido un foco de atención o debate, a diferencia de las desigualdades de remuneraciones entre el personal de distintas Facultades, las que han sido am- pliamente discutidas. Se asevera que las brechas salariales de género son un tema relevante que seguramen- te existe en otras unidades de la Universidad, pero no en la propia, o bien que existen otras inequidades de mayor importancia. Sin embargo, más allá de las percepciones, los datos confirman la existencia de brechas por sexo en las remuneraciones, tanto entre académicos(as) como entre funcionarios(as), las que se acentúan con las diversas asignaciones universitarias que forman parte de los ingresos regulares. Al comparar entre personas con similares cargos directivos, similares jerarquías académicas, unidades de desempeño y jor- nadas de trabajo, se constata que las mujeres perciben, prácticamente en todas las situaciones, montos de remuneraciones menores que los hombres, lo que contradice el principio de igualdad salarial por igual trabajo instalado en la legislación nacional. Cabe mencionar que existen mayores desventajas para las mujeres en aquellas asig- naciones que se definen de acuerdo a criterios discrecionales de las autoridades o a criterios de productividad académica y que las diferencias se reducen en las asigna- ciones que se encuentran reglamentadas y estandarizadas, como la AUCAI y la Pro- fesional. Es así como en el cuerpo académico estas diferencias son más acentuadas en los ítems “Otras Asignaciones” y en la Asignación Universitaria Complementaria, atenuándose significativamente en la Asignación Profesional y la AUCAI. Por su par- te, en el personal de colaboración, que no recibe la AUCAI, la Asignación Profesional presenta también menos diferencias por sexo. Aunque se desconocen los datos concretos, se elaboran distintas explicaciones para fundamentar estas diferencias: que los hombres ingresaron en décadas anteriores y por tanto han llegado en mayor medida a los niveles jerárquicos superiores; que las mujeres postulan menos y se restan de los cargos directivos; que a diferencia de los hombres las mujeres no negocian adecuadamente sus salarios o incentivos o que la mujeres no pueden hacer trabajo fuera de la jornada regular por sus responsabilida- des familiares lo que disminuye su productividad. Las brechas salariales por sexo presentes en la Universidad de Chile reproducen las existentes en el país: las mujeres obtienen en promedio el 80% del salario de los hombres por trabajos de iguales o similares características (CEPAL, 2011). Paradojal- mente, esta brecha se amplía en la medida en que aumentan los años de estudio, de forma tal que las con mujeres educación superior completa perciben solo el 61,4% del salario de los hombres en igual condición (CASEN, 2006).

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=