Del biombo a la cátedra: igualdad de oportunidades de género en la Universidad de Chile

Del Biombo a la Cátedra. Igualdad de Oportunidades de Género en la Universidad de Chile 153 en las mediciones de calidad y que se asocian con los niveles de remuneraciones que perciben hombres y mujeres? Responder estas interrogantes requeriría de la realización de estudios de mayor pro- fundidad y envergadura. Lo cierto es que los datos presentados en este diagnóstico señalan evidentes brechas de ingresos y ameritan un análisis fino, en cada Facultad e Instituto, acerca de los factores y mecanismos que inciden en la menor promoción de las académicas y sus menores remuneraciones. La necesidad de abordarlos y desins- talarlos surge como tarea urgente para avanzar en equidad entre hombres y mujeres. En este sentido, la realidad universitaria no es ajena a los modelos sociales de di- visión sexual del trabajo que asignan una mayor responsabilidad, a las mujeres, en la vida familiar y privada y, a los hombres, en el ámbito público y profesional. Las dificultades para conciliar el conjunto de responsabilidades familiares con el desem- peño laboral, particularmente en el contexto de alta exigencia que caracteriza a la Universidad de Chile, afectan directamente las oportunidades de desarrollo de las carreras profesionales de las mujeres. En efecto, se estima que aquellas que quieren tener una carrera exitosa se “casan con la Universidad”, desarrollando una especie de apostolado que también las vuelve masculinas. Por último, al asumir cargos directi- vos, llegan incluso a ser jefas poco empáticas con las necesidades de las funcionarias con hijos y familia. Así, se anulan las pérdidas de la vida privada con las ganancias de la vida académica y se niega a la institución como responsable. Otro efecto del modelo de evaluación es que impide la conciliación trabajo-familia, ya que el cumplimiento a cabalidad de las exigencias laborales implica transferir tiempo familiar al laboral. Esta situación genera tensiones tanto para hombres como para mujeres. Estas últimas se encuentran en una situación aún mayor de desventaja dadas las formas culturales que establecen como obligatorias, las responsabilidades ligadas a la maternidad, y como optativas, las responsabilidades ligadas a la paterni- dad. Esta situación provoca “ una mayor carga psicológica y/o emocional que asumen muchas de las mujeres que ingresan al trabajo remunerado. Las mujeres se sienten presionadas a mostrar constantemente sus capacidades y a exhibir que la vida familiar no interfiere en su trabajo, [ellas deben] sobre-exigirse laboralmente —en términos de disposición y eficiencia— para obtener un espacio de reconocimiento y legitimarse social y simbólicamente como trabajadoras ” 4 La ausencia de políticas universitarias en estas materias se considera como un défi- cit muy importante para el desempeño laboral y estudiantil y, en consecuencia, se reclaman políticas internas de conciliación y de protección de la maternidad, es- 4 “Informe Final de Estudio Modelo o de Certificación en Buenas Prácticas Laborales con Equidad de Género”. Corporación DOMOS, 2013

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