Del biombo a la cátedra: igualdad de oportunidades de género en la Universidad de Chile

Del Biombo a la Cátedra. Igualdad de Oportunidades de Género en la Universidad de Chile 152 productividad. Sin embargo, esta condición no es considerada en los procesos de evaluación académica, en tanto no existe un trato diferenciado para las mujeres que son madres, a diferencia de lo que ha ocurrido con las políticas de investigación promovidas por CONYCIT. Entre los elementos concretos que se valoran para la promoción académica y que resultan más difíciles para las mujeres, se cuenta la realización de pasantías de in- vestigación y post Doctorados, que contribuyen a la internacionalización de la ca- rrera —requisito fundamental para llegar a ser Profesor(a) Titular—, lo que reditúa en invitaciones como profesor visitante a otras universidades, integración a redes y circuitos de investigación. Otro requisito para la movilidad ascendente es la partici- pación en proyectos de investigación. En este ámbito se revela también una menor participación de mujeres, aunque sus tasas de aprobación de proyectos han ido au- mentando paulatinamente, lo que no necesariamente se traduce en ascensos a través de las jerarquías académicas Otros obstáculos refieren a elementos propios del sistema de evaluación pues se considera que los parámetros que lo rigen están hechos “a la medida” de los aca- démicos que corresponden, en mayor medida, a las “ciencias duras” y masculini- zadas. Como ejemplo, mencionan el uso de los indicadores de las publicaciones ISI, SCIELO, que son menos importantes en las áreas del conocimiento en las que se concentran las mujeres. Asimismo, señalan que los parámetros de las evaluacio- nes no se condicen necesariamente con los estilos de desempeño profesional de las académicas. Por ejemplo: privilegian el trabajo colectivo, lo que las lleva a no asumir el rol de investigador responsable en los equipos de investigación; ponen el acento en la cooperación más que en la competencia, que es uno de los prin- cipales motores de ascenso; enfatizan la actividad docente y la dirección de tesis, en circunstancias en las que se trata de actividades con menor valoración (asunto que se intentó compensar a través de la AUCAI); se centran más en la tarea que en los reconocimientos y, por último, tienen dificultades para publicitar sus logros porque se entiende que son parte de las obligaciones. Los sistemas de evaluación en cuestión relacionan estrechamente el desempeño con la producción científica y académica como criterio de medición de la calidad y las capacidades profesionales. A partir de ello cabría formular diversas preguntas: ¿son las mujeres menos productivas que los hombres en la realización de investigaciones y publicaciones relevantes?, ¿cuáles son los factores que juegan en esta supuesta me- nor productividad?, ¿existen sistemas estandarizados en la Universidad para definir y medir la productividad considerando la perspectiva de género?, ¿tienen las mujeres las mismas oportunidades que los hombres para desarrollar las actividades exigidas

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