Del biombo a la cátedra: igualdad de oportunidades de género en la Universidad de Chile
Del Biombo a la Cátedra. Igualdad de Oportunidades de Género en la Universidad de Chile 147 Facultades, entre los(as) funcionarios(as) con distintos tipos de contrato y entre los estamentos o niveles jerárquicos. Así, el prestigio de la Universidad y la “camiseta” que se lleva puesta puede llevar en muchos casos a invisibilizar las desigualdades de género y a aceptar condiciones la- borales y de trato abiertamente discriminatorias para las mujeres, tales como trabajar en períodos de licencia maternal, recibir menores remuneraciones por igual función y acceder en menor medida a puestos de poder, entre otras. En palabras de los(as) entrevistados(as), la situación se grafica en lo siguiente: “Las mujeres sabemos que la carrera es desigual pero la corremos en silencio” (Académica) “La Universidad de Chile a la que amo ha hecho todo lo posible para que no la ame, la U es nuestra amante: nos pide todo, nos patea y la seguimos amando” (Directivo) Asimismo, se tienden a naturalizar los estereotipos que atribuyen caracteres, rasgos y conductas propias a mujeres y varones, lo que explicaría la segregación horizontal y vertical en ambos estamentos. En el caso de los estudiantes, si bien los temas de género no son parte de sus demandas prioritarias, el concepto mismo se encuentra más aceptado y mejor comprendido en esta generación, especialmente en quienes cumplen roles de dirigentes. Cabe mencionar que lo anterior se produce más allá de la posición que cada uno(a) mantenga respecto a las desigualdades de género. Una de las manifestaciones de discriminación existentes son las conductas de trato discriminatorio y, en particular, de acoso sexual, que afectan principalmente a las mujeres. Si bien no se cuenta con estudios sobre la ocurrencia del problema en la Universidad de Chile, las investigaciones internacionales y los relatos de los diversos actores universitarios, permiten concluir que esta casa de estudios no está ajena a dichas situaciones. Lo anterior hace recomendable que, junto con estudiar en pro- fundidad el problema del acoso sexual, se adopten medidas apropiadas y eficaces para combatir los actos públicos o privados de violencia contra las mujeres. Entre estas medidas debieran incluirse algunas destinadas a: prevenir este tipo de hechos, proteger a quienes presentan denuncias, sancionar a los responsables y reparar a las víctimas con la debida diligencia. Por otra parte, los datos acerca de la participación por sexo en los distintos estamentos confirman que, si bien la participación femenina es significativa en la Universidad, existen diferencias importantes entre ellos. A modo de ejemplo, en el personal de co- laboración, las mujeres representan un porcentaje mayoritario, mientras que en el es- tamento académico hay una menor proporción de académicas, lo que no se condice con el masivo acceso y el buen rendimiento de las mujeres en la educación superior.
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