Del biombo a la cátedra: igualdad de oportunidades de género en la Universidad de Chile
Del Biombo a la Cátedra. Igualdad de Oportunidades de Género en la Universidad de Chile 138 Otra hipótesis es que los menores ingresos femeninos se deberían a las distintas formas de relación con el dinero que tienen hombres y mujeres. Para estas sería más difícil negociar y plantear exigencias salariales, a diferencia de los hombres que conocen claramente los niveles de mercado y que exigen sus remuneraciones en base a ello. En todo caso, se advierte que dicha situación estaría cambiando en las generaciones jóvenes: “Cuando fui jefa, fui de las más mal pagadas. Nunca me lo cuestioné, ni comparé con otros jefes. Ahora trabajo con puras jóvenes y he visto que están cambiando (…) estas cabras tienen claro el cuento, saben lo que son y cuánto valen sus horas laborales. Ellas tienen más claros sus derechos (…) ellas dicen que no viven para trabajar, sino trabajan para vivir; dicen “si me quedo más tarde lo correcto es que me paguen”. Esto que he visto en mis compañeras jóvenes me ha abierto la mirada, ellas negocian con el mismo dialecto de los varones” (Directiva) “Las mujeres ganamos menos porque no sabemos negociar (…) Mi ex jefa llevaba 40 años (…) Salió un artículo en el Mercurio con los sueldos directivos de la U. de Chile y ella se dio cuenta que tenía de los sueldos más bajos de todas las jefaturas, ella ganaba un tercio de lo que ganaba el Director que la seguía, hasta ese momento estaba feliz con su sueldo, creía que ganaba lo mismo. Le vino la “envalentonada”, fue tanta su rabia al ver que las mujeres era las que ganaban menos que fue a pedir explicaciones al Vicerrector y le dijo, ¿no tengo la misma profesión?, ¿no hablo idiomas?, ¿no cumplo con las mismas responsabilidades administrativas? El Vicerrector le dijo que lo vería con el Rector, este nunca la recibió, pero pidió que a las mujeres les subieran para que no fueran a demandarle a él. Ella decía que le agradecía al Mercurio porque le subieron el sueldo casi el doble aunque igual quedó en la parte más baja de la escala” (Directiva) Académicos(as) y Funcionarios(as) Al igual que para las autoridades superiores, la percepción común en estos estamen- tos es que las desigualdades de género que se evidencian en la Universidad son fiel expresión de lo que ocurre en la sociedad: “La Universidad de Chile reproduce lo que pasa en Chile” . S in desconocer la veracidad de esta afirmación, pareciera des- prenderse de ella que, en la medida en que los cambios se produzcan a nivel social, estos también se replicarán en la Universidad. Por lo tanto, no se releva el rol activo que puede jugar la propia institución como generadora de procesos de equidad de género. De esta manera, las académicas perciben poco compromiso y apoyo de la Univer- sidad para las actividades ligadas con el tema de género. La existencia de dichas iniciativas son bien recibidas —no existe impedimento para que se realicen—, sin
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