Del biombo a la cátedra: igualdad de oportunidades de género en la Universidad de Chile

Del Biombo a la Cátedra. Igualdad de Oportunidades de Género en la Universidad de Chile 129 “Los mismos profesores, los que son de una escuela más vieja, de repente son más despectivos en su trato con las mujeres” (Mujer) De modo que junto a una alta tolerancia a los discursos agresivos hacia las mujeres o a las diferentes opciones sexuales, se plantea también el tema del sexismo en el trato. Esto último puede resultar, paradojalmente, beneficioso para las estudiantes, en tanto se percibe como una discriminación a la que se le agrega el calificativo de “positiva”. Además, se estima que desde este trato preferente puede pasarse direc- tamente al acoso ya que por lo general va acompañado de miradas y comentarios relacionados con el cuerpo, los que no corresponden al contexto educacional ni a la relación alumna / profesor. En efecto, son muchas las alumnas que perciben que sí existe acoso sexual por referencias, conversaciones y rumores: “Hay rumores, hay rumores fuertes, respecto a profesores que han hecho ese tipo de cosas, ahora a mí no me consta” (Mujer) “A mí me parece que es violento, que se dicen piropos o que se sientan con poder de juzgar tu cuerpo (…)” (Mujer) A pesar de que, en general, los(as) estudiantes indican que no existe discriminación por género, sí identifican como tal el acercamiento y la mayor atención por parte de los profesores hacia las alumnas, lo que tendría una connotación de cercanía sexual: “Es machista en el sentido, trabajar más con las mujeres, acercarse (…) no sé si la palabra es machista, pero caliente quizás (…)” (Hombre) Ahora bien, respecto a la relación entre pares, se menciona que es la visión estereo- tipada de la sociedad la que se reproduce al interior de la Universidad. A modo de ejemplo, las estudiantes le asignan a sus compañeros hombres un nivel de inmadurez que sería reflejo, desde su perspectiva, de la inmadurez de la sociedad: “Es más por una cosa de sociedad, como una cultura intrínseca, social (…) Entre compañeros, yo creo que es algo más infantil, de pronto, no sé si es una discriminación tan dura” (Mujer) En la misma línea, el estereotipo adquiere características discriminatorias cuando se trata de conductas calificadas como “promiscuas”. Se refiere que no llama la aten- ción cuando es un hombre el promiscuo, pero que la misma actitud genera todo un discurso de agresión si la “promiscua” es una mujer. En este sentido, la visión de las estudiantes es que no se respetaría la libertad de cada persona para vivir su

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