Del biombo a la cátedra: igualdad de oportunidades de género en la Universidad de Chile

Del Biombo a la Cátedra. Igualdad de Oportunidades de Género en la Universidad de Chile 126 “Los medios de trabajo pueden ser peores que la Academia, aquí son más sutiles” (Académica, Fac. de Ciencias) Los chistes sexistas son otra práctica que ocurre dentro de la universidad. Estos no son cuestionados como manifestaciones de desigualdad o discriminación sino que, por el contrario, representan un divertimento. Al respecto, se sostiene que ante los reclamos de las académicas por algún tipo de conducta de maltrato, estas son desva- lorizadas y su reclamo es considerado como una conducta infantil: “Alguien hace un chiste machista, me ha pasado en conversaciones informales de decir: oye no lo encuentro divertido. Ay, verdad que a ti no se te puede decir esas cosas, es que la chica es sensible” (Académica) “Yo he visto situaciones de reuniones grupales, donde ha habido matonaje con mujeres (…) Después me acerqué y le dije: te portaste como un matón de curso, un bruto; por fuera y ya yo quedo como la cabra chica” (Académica) Cabe mencionar que la desigualdad de trato entre hombres y mujeres se interrelacio- na también con las posiciones que ocupan las personas en la escala jerárquica: “Si yo soy profesora asistente, a los demás académicos siento que los tengo que tratar de igual a igual, pero es súper difícil, porque los demás tienen un trato vertical, jerárquico” (Académica) “Cuando hice el Doctorado en igualdad de condiciones con otros colegas, a los que ya tenían cargos directivos y se les mantuvo su sueldo, cosa que a mí no me permitieron hacer, cuando regresé yo mantuve el mismo sueldo, intentando terminar el Doctorado y a estos colegas les habían dado un semestre sabático para que terminaran sus tesis doctorales” (Académica) De modo que todos concuerdan en que no existen procedimientos específicos para resolver situaciones de discriminación por género o desigualdad de trato y esperan que se generen mecanismos y reglamentos que expliciten y definan operacional- mente estos conceptos. Asimismo, se manifiesta la necesidad de contar con políticas internas que regulen las materias de maltrato y acoso y de unidades especializadas encargadas de acoger denuncias, tal como ocurre en otras organizaciones públicas. La opinión general es que el acoso laboral y sexual no existiría dentro del cuerpo académico, como tampoco dentro de las jerarquías superiores de la universidad, sino en las jerarquías inferiores y en el ámbito estudiantil:

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