Memoria histórica sobre la revolución de Chile : desde el cautiverio de Fernando VII, hasta 1814

DE LA REVOLUCION DE CHJLR. 45 dlntes estaban alU presentes mezclados con los <lemas Yecinos, apoyando las solicitudes populares; en cuya intelijencia reconvino a lo acordado y se esteodieron las proYidencias en la forma y modo que el pueblo babia ¡1retendido. Ademas de conceder todo lo pedido por el pueblo, reOexionando la Real Audiencia el desamparo ·y horfandad en qne quedaba el Jefe im­ posibilitado para su despacho 1>or la priYacion y despojo-de los tres em­ pleados, Asesor, Secretario y Escribano, acordó agregar al decreto el riomb�amiento de Asesor interino con la cqndicion de no 11oder despa­ charse providencia alguna sin su intervencion, en el señor Oidor deca­ no D. José Santiago Concha, sujeto acreditado, patricio, y que goza de la aceptacion del pueblo por sus distinguidas prendas de modestia, pruden­ cia y modcracion. Efecfüamente, como a la una y media del día se des­ pachó y publicó el Real Acuerdo, concediendo al pueblo todas sus peti­ ciones, y añadiendo la providencia del nuevo Asesor señor Concha, que fué recibido con aplauso y· gusto jéneral; con lo que se aquieta la multi­ tud, y entre vivas y aclamaciones de <;ontento, se disohió el Congreso re- tirándose todos a sus casas. Es preciso adrnrtir para formar verdadero concepto del estado de lá ciudad, que tntel'in el Congreso· o reunion popular precedida del Ca­ bildo se hallaba ,·entilando con el Gobierno sus pretensiones, era tat la multitud de toda especie de jentes que se iba reuniendo en la plaza ma­ yor en donde está la Real Audiencia, que parecia un emjamhre en el murmullo y número desmedido, acudiendo especialmente toda la juven­ tud, no6in-,,revencion de armas cortas, tanto de fuego como blancas, prevenidos a sos.tener y amparar las miras del pueblo contra el Gohier...; no, y los mas p�rsuadidos de que en el dia se deponia al Presidente y se instalaba Junta; propuestas, que por muchos jóvenes se proferian y gri­ tahan; pero observando que el Cabildo y \)rincipal vecindario se daban . por satisfechos con lo actuado. se contuvieron por entónces y se reti­ raron gozosos de su vrimer triunfo. A las dos de la tarde salió para Yal­ paraiso el Rejidor y Alferez ]\{lal D. Diego La.rrain diput,!do por el Cabil<lo para poner en libertad y traer a esta ciudad a los tres reos Ovalle, Rojas y Vera, acompañado <le diez o doce vecinos principales, ·11aricntes y amigo,; de los expresados; bien que desde las diez y media de la maña­ na habían ya anticipado un emisario con órden de detener el buque caso qúe no hubiese salido; pero todas estas dilijencias se frustran, pues la Miantina navegó desde las cuatro de la tarde anterior sin quedar embarcacion alguna en el puerto con que poder darle alcance, o remitir los pliegos a Lima. Para dar testimonio a la imparcialidad y verdad, no se debe omitir una r,rueba evidente de la impolítica e ignorancia del señor Carrasco, pues en esa misma noche del dia once en el que babia sido degrad�do de su au­ toridad con tan manifiestos desaires y ultrajes, queriendo dar a enten­ der su inseveridad o estupidez, dispuso en su palacio un concierto de mú­ sica como celebrando su deshonra y excitando con esta burla la cólera del pueblo, que no necesitaba de estos impulsos para proseguir la prin­ ci1>iada obra de su total deposicion y ruina. Así fo vérificó con admira:...

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