Memoria histórica sobre la revolución de Chile : desde el cautiverio de Fernando VII, hasta 1814

11 que esos representantes de nuestra era rno)udonaria marchan rá- pidamente a esconderse en el sepulcro. Aprovecbémos, pues, estos cortos momentos y llenemosnuestra larca con todo el entusiasmo que da la juventud, con toda la con­ ciencia del hombre que hosca la verdad. De enlenémos los manuscritos de nuestro archivos y bibliote­ cas, ántes que el polvo lo dernre; alvemo del olvido las memo­ rias de los contcmp'lráncos, escritos por la mano trémula de la ancianidad, y confrontando unas otras con los documentos cono­ cidos, elevémonos a la altura de jueces y procedamos como tales. No escluyamos nada , admitámoslo todo, porque de ese caos de hechos contradictorios , de esa divcr idad de opiniones, de esas acriminacioncs recíprocas , de e as acusaciones apasionadas, es de donde brota para el filósofo la verdad histórica , como la chispa resplandeciente del choque entre el eslahon y el pedernaL Las razones que quedan espuestas son las que nos han movido a dar publicidad a la presente «Memoria Histórica sobre la Revolu­ cion de C hil e » ; escrita por el P. Fr. Uelchor Martinez, uno de los mas decididos sostenedores del antiguo réjimcn en este país. La espresada obra se recomienda por muchas circunstancias que pueden apreciarse recorriendo sus pájinas, pero que sin embargo enumerarémos rápidamente. El tono apasionado de partido que reina en toda ella nos sine para c on s iderar a los actores de nuestra revolucion bajo una nueva luz que no habíamos sospechado; sus acusaciones , aunque absurdas y desprovistas de fundamento muchas veces, no son inútiles para rectificar nuestros juicios cq ui rncados , y la buena fé con que ataca a los revolucionarios por profesar ideas de independencia y libertad, es un verdadero mo­ numento que el P. Martinez, sin saberlo, levanta a I a gloria de nuestros padres. Los detalles minuciosos de que abunda nos dan un I idea de las impresiones diversas de aquella época, conserván-