Memoria histórica sobre la revolución de Chile : desde el cautiverio de Fernando VII, hasta 1814
20 MEMORIA HISTÓRICA tle contro,ba.ndo, y para sorprenderla y aprovecharse de la presa se formó una co111paíiía de armadores cuya cabeza inmoderada era Rosas; atraídos con engaíios los ingleses saltaron en tierra, y con la jente armada y cm hoscada que tenían los armadores fueron sorprendidos y muertó su ca J>itan eon muchos de los marineros , y asaltando luego la embarcacion que estaba alli cerca fondeada, se hicieron dueíios d e . una buena vresa en tét·minos que solo al Dr. Rosas se asegura tocaron ochenta mil ¡iesos. De este hecho no solo era sabedor y consentidor el Jefe, sino , que es opinion pública que recibió su cuantioso regalo, y lo que no. tiene duda es que todos los armadores eran de la tertulia y amistad de palacio en donde se fraguó y maquinó toda la trama de la Es corpion. El comun de las jentes llevó mui a mal este hecho , y con él se redobló el número de enemigos del Gobierno , 1rnes la muerte del ca.pitan ingles y aun la de todos los marineros , se aseguraba fuerott sin necesidad supuesto que los ·pocos ingleses desarmados que saltaron en tierra se rindieron desde luego al Yerse rodeados de mas que cuadru plicado número de Españoles armados ' y }Jrevenidos , pero el desorden y la esperanza · en la proteccion de Rosas, que es lo mismo que decir del Go bierno,Jos poniá a cubierto de toda resulta. Los mas sensatos decian que el Gobierno debió y pudo ejecutar la aprehension de dicho buque con utilidad del , Erario; pero yo prescindo de dar sentencia en tales hechos . y solo. las i;¡oto de motivos de discordia y ajenos de los tiempos en los. cuales mas importaba la prudencia, y la buena l Jolítica: que todas estas. contiendas. Interin el Presidente y su despacho ocupan el tiempo en tan importunas dilijencias no cesaban de llamar la atenúon los mas urjentes. y gravísimos negocios de Estado recibiendo diariamente noticias <le los. all>orotos y peligros en que se hallaba la monarquía, tanto en su cabeza; cwmo en todas las provincias de la América. A mediados de agosto de 1808 recibimos la agradable nota de la renuncia del Seíior Rei D. Cár los IV y la colocacion en el trono denuestro amado Fernando VII, a quien desde luego se reconoeió , proolamó y juró ert 26 del mismo con el ma� extraordinario entusiasmo y regocijo.. Pero estos rápidos y breves júbilos. solo sirvieron para hacernos mas sensible y dolorosa ra inesperada y ftl nesta escena d'e Bayona, en la que privado e l ' llei de su corona y liber tad a impu1so de las }Jasiones mas injustas y criminales que 1moiel'On ca ber en el corazon mas depravado, se convirtió nuestra alegría en llanto iuconsolable cerradas al parecer del entendimiento humano todas las pilertas de• remedio de tantos males. La ocupa�ion inevitablé de la Pe nínsula }JOr los franceses se nos anunciaba y vresentaba eomo caso de hecho indubitable, La traicion de los principales Ministros, Azansa , Ca-. nrrus, Ofarri. etc,, el desamparo y d.ebilidad do toda la España, al mis mo tiempo q11c Yeiamos el inmenso }Joder y preparativos irresistibles d e · la Franci-a apoderados ya <le las mas fuertes plazas , y de la misma Corte� todo co11spiraba a infundirnos una total desesperacion, Apesar d� todo lo dicho se abrigaban en nuestro leal corazon algunas esperanzas de con-. súelo fundadas en el socorro del cielo que sabe y puede sacar bienes de los mal'es , y suete eonseg11ir sus fines por los medios que 1111cstra limita-. da lntelijrucia j11zgu los mas opupstos y desproporclonaclos, En efecto,
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=