Memoria histórica sobre la revolución de Chile : desde el cautiverio de Fernando VII, hasta 1814

.DE u· 8B'fOLtJCI01'1>1l CRILE. . 119 'llDll carta "del:comisionndo Búlnes, en que le hablaba de, Q\ros negocios. 19• . �IHfoé do.nde e! pueblo _ se quejó del corone! e ins � ctor �- Ma;. auel Fetiu, porque babia ·a,nunctado la 6r<len que citó el ¡r, Presidente, para que se restituyesen estos reos, siendo al contrario para su embarque y a presencia de toda la nobleza y concurrentes contestó Feliu.--8eñores yó·no he faltado; si ha sido engaño, este Sr. Presidente me engañó a mí• . j0. ,\llí donde el Sr. ex-presidente por toda sotisfaccion trató de sedi­ cioso. y tumultuario al pueblo hasta decirle§ en un tono insultante, que m¡.. r.aséil si se tenían- seguridad de salir de allí ; tód9 esto oyó y sufrió ill pue- . blo, dand9 una prueba de su singular moderacion• . i4 .Y en verdad n'O debe créerse que su ,inimo estaba.distante de come_., ter.11na violencia , pues ya de antemano habia hecho venir cien sol,fados �l patio de su palacio y dado repetidas órdenes al .Comamlante·de Arti� Heria pua que hiciese Mnducir a la plazn dicha Artil!e � ía que est � ba parte de cliit oargada con metralfa, cuyas órdenes se resistió a cun1phr el C<>"mandÍl'llte, porque comprendía mui bien la temeridad y arrojo de sus de­ terr,rinaciooes. " H.' Hubiera sjdo en este caso inevitable el estrago en aquella nobleza y pucbJ.o. que se hallaba absolutament.e aun sin las armas de sus empleos, a � nqn _e · cori a g ue! fuego que inspira la justicia y _ horror de In [ al . sedad·. . 23. · Ni hab1a para que usar de esta prevenc1on, pues el· an11uo de este. páclffoo' pn eb!o no fué otro que personarse a fin ele alcanzar ;con súplicas Terhalés, 1� que no . h4:bia \J odido consegu _ ir . p or medio de las m � s s � misas legales representaciones. En efecto, se pulio nuevamente la rest1luc1on de los· esp:1tr.iados , se inculcó sobre la garantía del Cabildo y nobleza : .se re­ presentó· el desórden que resultaría al pais de una nota que abultaría el tiemp� iJa distanci � :-se pidió la remocioo del ases . or Dr. D. Juan Jos� d � l C.,nipo, secretario D. Juda _ s Tadeo Reyes y escribano D. Juan Fran -;­ CISCO !W'eneses, porr1ue eran odiosos y sospechosos a todo el puehlo. · Eniónces retirado el Acuerc\o a otra sala, tuvo que usar de toda su sa­ bí,duría para hacer que el Sr. presidente se conformase con el dictámen que accedía a la solicitud del pueblo. Allí mismo prop1>uia medidas de sangre que habrian producido la nota y descrédito do todo el pueblo. Se nombró con jeneral y sincéro aplauso por asesor al .Sr.. Dcc,ano O. JOlié Santiago Concha -con cu y o acuerdo se debía elejir secretario y escribano, y se espidió la órden para que los tres reos se entregasen al alferez real. 25. Este \> artió como un rayo acompañado de mucI1os jóvenes de la pri.mera distinc1on que cifrabancnsu dilijeocia el éxito de la mas noble volun­ tad, corrieron incesantemente treinta leguas y el jeneroso empeño a.cree­ dor á la dulce recompensa de verse coronado del mas feliz suceso sirvió para anticiparse al dolor de hallarlo f�traclo por la salitla del bu.que. Tra­ tan de hacerlo alcanzar f ºr una barca qué, falta de aperos, exijió tiempo y gastos que inutilizó }a rnevitable tardanza. . . 26. Parecía que en estas tristes circunstancias se constern�ria el.ánimo de·este jefe, pero se le notó todo lo contrario. Ea .la misna noche del diá ea que el pueblo.elevó sus claunt·cs al Tribunal, hizo· venir a w pa1acio. a •• mulito ®!1 '1\Ís hijos que le 01antuvieron una mlisica ;llhrioa para insúlbc

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