Memoria histórica sobre la revolución de Chile : desde el cautiverio de Fernando VII, hasta 1814

• DE LAo'I\EVOLt:Cl0:11.·DB CHILE, · ausi\iares, formó su campamento a ret:iguardia d e . la trinchera- r :illí esperó al enemigo. ' ' Este se presentó el <lia 30 de Agosti, en la ribera OJlU<'sla al rio -y luego ócupó una 11equeirn isla sil.a en el 111ismo lado dominado de la trinchera · de 1os ,\rnuc.inos los que estaban provoc;í01lole para que pasase; pero falto <le /mimo se contentó con hacer muclio fuego de sus cuatro cañones y fusilería y que correspondió la trinchera Ct>n solo. �ietc tiros de caiion y algunos de fusil en un¡¡, hora que duró el combate, al · fin de la cual se reliró Urízar y regresó con su c:.pc<licion deseng:1ñ:ulo y temeros:> a vista de las disposiciones y valor <le los · de Aranco. Estos no siguieron a los in­ surjcntes porque no t enian l armas rlc fuego pues todo su armamento se re<luci, a 25 fusiles y las milicias con lanzas espadas y palos, i ncapaccs ele oponerse a la infantería y artillería de Urízar. Los milicianos de S. Pedro que venían de ausiliares de los inst1rjente:; tomaron su marcha du­ rante el combate�·, buscando un bad.l distante se juntaron con los Arau­ canos, segun ya e s ta ban convenidos y lo mismo habían hecho los de Colcura los dias anteriores, porque aborreciao el sistema insurjentc- y <!oseaban asJc_iarso a la cmtsa · del Rei. Ni debe pasarse - en silencio el ánimo emprc > nrledol' del provisiqoal Comandante de Arauco pues léjos do darle aprchcnsion la venida de los enemigos, llevó siempre adelante la ndquisicion de las p\,1za¡¡ <le Sanla Juana, S. Pedro y Nacimiento, las que fueron tomadas de los· !;uyos el mismo día que se combatió en Carampan­ g ue con los in s u tjentes , sin cmbJrgo de r¡ue dichas fortalezas estaban 20 l eg ua a rctaguanlia del enemigo. Para lomar la prime ra fuli c.orni�ionado D. Bcrnardino llern1osilla con pocos comp;iiicros y se apoderó de ella sin la · rnono1· repugnancia, pues el veC'in<l:lrio y milicins estaban ya ele acuerdo p o r · con·cspoud e ncia con los araucanos. Pilra la el<' Narimio1Ho fué n. J. An�onio Gallegos apornpafüulo de solo cu;\lro hombre s; pero con su hucn modo supo atraer a su parti<lu mucha parle de aquell o s habitantes, con cuyo ausilio intimó la rcrnlici�n al Comandante que cm un ca · p i tan veterano y se posesionó de ella. J\. 1.i de S. Pedro fu _ é _ <l es ti n ado D. Fermin Martmez, natural _ d � aquel h1 $ ar con solo el aus1lto de c u a tro araucanos, fiado en el conoc11111eoto v a mi s ­ tad de sus paisanos los que, ayudando a D. Fermin, sorprend°ieron al nmanccer la fortaleza , auyentando de tal modo a )a guarnicioñ y Co­ mandante, r¡uc .ipén.is pudieron fugarse desnud'.ls y por un pasaje ocullo del rio pnsaron a C o nc e l 1cion, distante solo rlel ancho del rio. Este hec/10 fué mas alrevitlo y te merario que prudente, pues sobre no ser los agre­ sores· mas que 24- hombres con solo � o 5 fusiles y la guarnicion del fuerto de 20 soldados veteranos bien armados y cerrados en la fortaleza. Esta se halla á vista de la ciudad de Concepcmn de }a que solo la separa el rio y podia ser socorr.ida en ménos de dos horas, y mas en las circunstancias actuales que se hallaba en ella el Jeneral Carrera con la ,11i,ad ti� su ejército , debiéndose tambien aJvet11r que )a cs p edicion ilirijida a Arauco debia_ regresar a San Pedro, como camino preciso para Concepcion. Ninguna de estas consideraciones intimidó a D. Fermin y uiénos a su in,répi<lo y prmcipnl compañero D. Juan Josc Carmona ..pues aun cuando tuvieron la prccaucion de echar a pique el barco del pasaje ántes·de ·la

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