Memoria histórica sobre la revolución de Chile : desde el cautiverio de Fernando VII, hasta 1814
l \ :i l l t, ,¡ ,, 1 •: ,1 ¡: L .. mo1u 111STóa1u. · ceptar un convoi do municiones y pertrechos que la Junta de Concopcioa r mitia " Carrera, lo sorprendió en el pan,jc Je! rio ltata y aprisionando toda su e colla y 48 cargas ele balas ele todos calibres con mochos e,a ñones de p iedra ele chispa, lanz;ifuegos y otros utensilios los condujo a Chillan deJ3ndo sumerjidos en el río los ménos útiles y embarazosos. No fué p o c o sensible este golpe al enemigo p:irquc est:iha ya falto y nece s itado de dichos artículos que tampoco estaban de sobra en Chillan. Al amanecer del dia 5 fué avisado Sanchez por las avanzadas que el enemigo dividido en mochas partidas marchaba acercándose a los arrabale¡.; con p r eparativ o s · in c endiarios y en el momento destacó 200 hombres mandados por el famoso coronel D. Lucas }folina, cuya sola presencia bastó para poner en fuga a los insurjentes, obligándolos a retroceder sobre su cam p amento. En vista de esta cobardía determinó Molina · co n órclen cln su Jeneral atacar a fusil y a la bayoneta la hatería mas avanzada y bien fortificada del enemigo, Jo que iba ejecutan<lo con suma intrepidez y acierto cuando a distancia de tiro de pistola de la trinchera una bala en la cabeza le quitó la vida y el mejor so'd ,do al elrcito del rei. Este in cidente que pudiera producir fatales consecuencias, c.ausó por el con trario efectos favorables, porque inflamados los soldados con el dolor de la pérdida del idolatrado comandante y como frenéticos con el desoo ele vengar su muerte, sostuvieron como leones el ataque haciendo grao des trozo y carnicería en el enemigo que a vista del arrojo de Molina cargó con todas sus fuerzas a defender el atacado punto. En este estado se mantenía el destacamento defendiéndose ostinadamonte contra to<lo el p o der cont.rario sin ceder un punto m querer retirarse, lo cual visto por Sa n chez destacó varias partidas para reforzarlo, con cuyo ausilio, se em peñaba mas y mas el reñido combate, hasta que obst>rvando q u e los movimientos del enemigo se dirijian a introducirse en la c iudad, con esta ocasion hizo todo esfuerzo Saochcz para · reunir so jente, y se re plegó ordenadamente a la Plaza. Si & uieroo en efecto y se iatrodu.jeron por varios p u ntos y calles de la ciuctacl los enemigos repitiendo las es cenas del dia tres, inceodianrlo y robando varias casas; pero Sanchez repitió la misma providencia, destacando muchas partidas ele chilotcs por los puntos atacados, los cuales ayudados clel p ais;iDlljc y vecindario cooperando aun los niños y las mujeres, obraron con tal valor que pocos o casi ninguno de los que pisaron las calles quedó con vida a escepcion de 27 prisioneros, incluso ert ellos un capitan, que se rindieron y fueron perdonados a ruego del capitan D. Cipriano Palma que los aprisionó y <lefendió del furor del soldado y de los populares. No he podido calcular rti por mayor, ni por menor, el número de muertos que hubo este <lia de ambas partes, porque los dos jeoerales lo pasan en silencio en sus detalles; pero con relacion contexto de muchos y fiJcdignos testigos de vista y accion consta que escedió al del dia tres. El dia 6 se presentó en Ch\llao un Parlamentario do Carrera con un oficio hablando a Saochez en estos términos: 1 1 J
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