Memoria histórica sobre la revolución de Chile : desde el cautiverio de Fernando VII, hasta 1814

· f78 MEMORIA HJSTÓ&JC.I rápid·,n�ente en cuasi todos sus individuos, escasisimos de las cosas mas nercsanas para tolerar un sitio en lo mas riguroso del invierno, en fin íaJ­ to d� todo n . 1énos de disposicion y valor. En efecto, Sanchez no se acobar­ dó 01 _descmd_ó un instante desde que llegó a Chillan; y conociendo que el meJor 1_ned10 de adquirir víveres, jentc, reputacion y de incomodar a los_enem1gos eran las guerrillas o partidas montadas, destacó algunas quo sali�ndo � varios puestos do las campañas, escarmentaban y perseguian a los msurJente conduciendo a la plaza muchos 15anados, caballos y prisio­ neros en términos que obligaron al centro del eJército enemigo a retirarse Y _ m ud_ar de posicion al otro lado del Itata. La divis.on de retaguardia ene­ miga � 1tuada en San Cárlos fué tambien por estos dias obligada de una guerrilla de Sanchez a fugarse y fortificarse en un buen edificio distante nueve leguas de Chillan; pero sin embargo de esto el dia 30 de :Mayo al anochecer salió de esta ciudad el valiente Capitan D. llclefonso Elorriaga C?n 1 � 4 fusil eros y 100 rnilicianos los que pasando con mucho trabajo y s1leuc10 el caudaloso rio Nuble caminaron toda la noche y al amanecer ca­ ye ron sobre toda la division de Cruz compuesta de 530 hombres, los 180 de fusi_l y los restantes milicianos de lanza, los cuales estaban alojados en dos edificios capaces y fuertes distantes una milla de si. Formó Elorriaga d?s partidos ele su guerrilla , poniendo al mando la una del esforzado Te­ niente D. Antonio Quintanilla, que, no bien curado todavía de la grave herida recibida en la de San Cárlos acometió con tal arrojo y bizarría a los enemigos que so rindieron y entregaron todos a discrecion. No sucedió así a la de Elorriaga, quien sentido ántes de atacar, fué recibido con un fuego vivo de cien granaderos que, con su Comandante Coronel D. Lurs Cruz estaban bien defendidos y fortificados dentro del recinto o paño del edificio, en cuya actitud ofendían sin poder ser ofendidos, por lo que im­ paciente Elorriaga de una resistencia y fuego de dos horas dió el asalto al edificio y puestos los soldados sobre los techos de la casa, obligaron a los enemigos a encerrarse en ella. En este estado intimó Elorriaga la rondi­ cion , amenazando pegar fuego a todo el edificio, segun ya todo estaba preparado; pero se suspendió esta operacion entregado el enemigo a discrecion. La victoria fué enteramente completa, pues ni un solo indivi­ duo de la division pudo csca r ar para dar aviso da la desgracia y de este modo Elorriaga marchó en e momento para Chillan conduciendo los 530 prisioneros ele que constaba a cscepcion de 36 ele ellos que entre muertos y heridos quedaron en el mismo lugar, habiendo solo perdido por su parte dos hombres y tres o cuatro heridos. Entró en Chillan la triunfante gue­ rrilla ántes de anochecer aquel día, entre vivas y aclamaciones de todo el pueblo y ejército, conduciendo sola mas de duplicado número de ene­ migos y entre ellos el insigne jefe Coronel D. Luis Cruz, famoso cabecilla revolucionario con otros muchos varios oficiales, cargada de despojos. armas y de entusiasmo, debiéndose notar la circunstancia de la celeridad y dilijenoia con que, en ménos dé 24, horas, caminaron 18 leguas, pasan,Jo y repasando el <li!icil y caudaloso rio, con el aditamiento de no haber cesado una fuerte lluvia en tocio el dia. Con este acertado golpe quedaron atemorizados los insurjentes y cortada la comunicacion entre la Capital y su ejército, por cuyo motivo les fué preciso quedar detenidos en Maule

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