Memoria histórica sobre la revolución de Chile : desde el cautiverio de Fernando VII, hasta 1814
DI u· REVOLt:CIO:'C DB cmu:. de convite , cuyo contesto era el siguiente.- « El Gobierno que va a so-· »1emnizar el aniversario de su instalacion, y la feliz reiinion de las Pro nincias, el 3C) .del corriente espera a V. para que lo acompañe por la »mañana al Te-Deum en la Catedral,· y a la noche en la casa de 'Moneda; »donde deee el digno vecmdurio Chileno ·sensibilizar sus trasportes por la »libertad de }a Patria.» · · · Distribuyéronse masde600 de estos papeles impresos a igual número de personas principales de ambos sexos; y vié ndose escluidas de asistir las plebeyas J de mala fama y poco· honor, recomendaron su causa a varios oficiales de su adhesion y confianza , los que empeñados en darles gusto, procuraron arrebatar. al gu nos papeles de convite Y suscribieron en ellos los nombres de las cnalidadcs dichas. Con la notida de este hecho se ia eomedaron las señoras Chilenas, y mirándose desairadas con tan vil com pañla, dieron �u queja al Gobierno, que rlesde luego les dió eatisfaccion y remedió el «lesórden. Este pequeño accidente desaminó al gu n tamo los de seos de asistir en ltls convidados, pero mucho mas los retrajo el temor de las resultas que amenazaban de la clisencion de los dos herman'ls Carreras . D. Juan-José y D. José Miguel. Llegó esta en aquellos dias al mas alto grado, siendo la opinion comun que no se terminaria si no con las armas. Mochas dilijencias hahin practicado el padre de ambos para compo nerlos, aunque en vano; y por último el ¡6 de este los convidó a comer en su mesa, con cuya ocasion les propuso cuantas razones y arbitrios le: pudieron sujorir el amor y la �zon paternales. Allí espuso D. José, que era hermano mayor, las causas de su disc.ordia, diciendo que su hermano prodi@aba y dilapidaba el tesoro público con injusticia, invirtiendo gran eles sumas en vestuarios, monturas &c. para el cuerpo de la Guardia Na- . cional, de la que era Jefe, al mismo tiempo que a su Cuerpo de Granade ros no se le suministr¡iba ni aun lo necesario: que esta y todas sus resolu ciones las tomaba por consejo y direccion del Cónsul Americano J del Dr. Vera diputado de Buenos Aires; y por último que tenia dispuesto procla mar la independencia á que él y todos sus allegados aspiraban. Entre estas y otras razones se acaloró tanto la· disputa, que sin atencion a los respetos debidos a su padre, poco faltó para llegar a las manos, y deses perando este de conciliarlos, determinó retirarse de ellos y de la ciudad, Jo que verific.ó aquella misma tarde .marchando triste y pesaroso a una ha cienda del campo; No debo pasar· en silencio una anécdota llegada a mi noticia por el· conducto de personas fifledignas � asegurimdomf'I que el referido-U. Juan José Carrera escribió al Virrei de Lima exortándolo a que f�uoa espedicion para sujetar este revolucionado Reino, dándole ideas delmodo mas fácil de ejecutarlo, y noticiándole las íuerzas y recur- sos que aquí et.istian ; suceso que si es verdadero, es veroslmil, acaecies& en es\o tiempo y ocasion. Apesar de todos estos descubrimientos prosi gu ió D. José Mi gu el en sus ruidosos p reparativos para la celebracion del día 30; mandó al pueblo iluminaciones Jenerales los tres días anteriores, reservan do para el tercero la mas ostentosa y lucida, especialmente en la magni fica ·casa de Moneda. Llegó el esperado dia 30 val amanecer con salva de 3-t cañonazos se fijó la bandera tricolor y se dejaron ver desde luego los · muebospieparawroa- ·Y bríllanteses que decoraban el suntuoso edillcio en-
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