Memoria histórica sobre la revolución de Chile : desde el cautiverio de Fernando VII, hasta 1814

DB l..& H'Mtli'C�H aDLF. 438 .._;salvc,,coádueto; la osclll'id:icl de la noche; la�ion-del In•;;. lo ócasioo.·tan oportuna, y el'mal e1emplo de los principales del Gobierne» eran los mayores_incita!-iv� que las pasione � humanas p _ udicran apetecer, 'Cen ·ellte d epr avado nrb1t.no tomó tal eltahac1on el entusiasmo de la plebe y t.oda la ju".entud·enjeneral que no se veía, n . ' . oia otro clamor que viva .. Patria, y vivan fos Carrer11S, a quienes todos se ofrecian gustosos a sos. lener y delender ak'aidos de la licenciosa libe1·tad que gozaLan tan 11 � dida,de la co1TUpeiou humana. No íué menos eficaz para aumentar el par­ tido de los Carreras la adwision 1lel cónsul Americano José Roberto Poin­ vee, , el cuahlespues da muchos debates y oposicion p•>r parle del .Tribu-· nal del,&nsulado, (ué reconocido y admitido del Gobierno y tomó tal 'as,... 'cendiedte ·r. amistad con Carrer:a, que ver<laJeramente hacia los oficios- d� ·primer Ministro de Estado, siendo el .Dirt.'Cto1· y Maestro de todas las pro­ videoeiH llel Gobierno. Nadie ignorahn que este era un emisario de Bo­ aa �rte .tleldfündo a . �blevar estns Paises, y . como tal -ics�rui� � y �otaJ,o detodasl.-.artcs propaas para trasponer todo orden y toda JU!jt1c1a, sm r� lijioJI ,. IÍéfmora�idad , r Sl !1 �poto a Dios, ni a los . hom _ br � s: .Y así �� �' y.'fÍl'O<)uc1a los priompws del mas escandaloso labertanaJe, 1mpunadad de -d._ ell materias de Relijion y de estado, y en fin traia el.modelo de la.libe�tad e independencia.de los Es�ados.Uni�os American �s .' con el cual ae ·dcbi.il conformar enteramente el s1stomn chileno. Este m1s10nero de la 'iniquidad, íavorécido y apoyado de toda. Ja autoridad del Gobierno tenia por am.iliares y compañeros U:n nú.mero considerable de Anglo Americanos.· qne· per diferentes rambos habian llegado a esta, en donde eran tratadsf eon una distiacioa y_aprecio que' a enos mismos admiraba, pues esoop­ taalldo el cónsul y Vicercónsul quo manifestaban medianos principioo do ilostracioo� eran los restantes meros artesanos de los mas bajos oficios,. si n: priD.Cipio de rclijion, ni de . cria�, peto el s�o n �mbre de Americano s 8 &Dtroductores y protectores de Ja mde pe ndenc1a y libertad bastabapara q JJe­ asspalabras· fuesen oráculos. Con estos medios y por estos pasos iba camiaando y engrosando el sistema revolucionario, pervirtiéndose cada dia mas. el órden y sofocándose casi enteramente_ la lealt.ad y alguna esperanza . de re)nedio, que oculta se conservaba en los corazones do los buenos, cuyo nú­ lhero era menor por momentos por no tener estos tanta constancia, cuanta era necesaría para sufrir y sobrellevar los desprecios y .porsec11ciones q ue tAa cesar, padecían. La matena p rincipal de lai conversaciones de toda cla� de jeotes era la tira.nta y despotismo de los Reyes da Eseaña con las Amé-ricas, la ju.s11cia y razon con , ue los Americanos trahl.lJaban por su inde­ pendencia y libertad, y la fehcidad que de este sistema les babia.de res alt.ar. Estas máximas resonaban en los Púl pitos, en los confesonarioi, en. toda especie de escritos, aunque fueran dirijidos a particulares asuntos. Paraptobar . 'Y confirmar· �stos errores se decan!-3l>an las ventajas y· felicidades de 'los Estados-Unidos, su poder, · sus riquezas, su poblacion, su, comercio, so. libertad; se publicaban como a1'ticulos de fé las máximas y sell&é1lci�de Ju �n Jacobo l�� usseau . ': specialm�nte las � lel pacto so �ial, y· M. trataba lamb1en a la reJ1J1on calohca como mtroduc1da por los tirano� e• los tiempos de ignorancia con la fueria de las armas, llena de viciosa� aupel'l&iciones, y sujeta tamb1en a las cadenas de la tiranfa. No digo de-1.á. ·'

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