Memoria histórica sobre la revolución de Chile : desde el cautiverio de Fernando VII, hasta 1814

111 IIEII081.l BIITóatu condescendencia quo observaba esto timido o imitador gobierno con el de Bueno -Aires y mas que on todos acaecimientos <le estos dias. Uallábasc en Valparaiso la fragata Flor de !,/ayo comerciante o pañola, cargada <le trigos con destino y licencia para Bueno -Aires; y al punto do darse a la vela se le intimó órden de e�te Gobierno para quo afianzo con la cantidad de 50,000 pesos la condicion de no tocar en Montevideo por ningun even­ to. Reclamó su capitan ale ¡; ando la iniquidad de la fianza por sor tan ine­ vitable los acasos necesidades que podían obligarle a tomar aquel puer­ to; y de pues de muchas jestiones infructuosas, tomó el arbitrio de levar una noche ocultamente conduc1en<lo su buque y c ar $ amento a Lima . fan­ tenía e Montevideo adicto y fiel a la causa del l\e1, y enemi � o armado contra Buenos-Aires, por lo que el insurjonte Gobierno de Clule im p ide con tanto rigor a un buque español t>ntre en p u e rto de su misma nacwn, de r reciando la injuria que infiere a toda la Es paña · por no dar motivo de queJ.r a su intima aliada Buenos-Aires. Mas protoccion disfrutaban los e_tranjeros, pues hallandose en Valparaiso las fragatas Rousseau y Montes­ quieu Bostonesas, que atraídas del libre comercio habían despachado aqul �us car � amentos con ruina y perjuicio del comercio Español, especiolmen- ' te de Luna; se les concedió licencia para esportar producciones del país , y en porticular trigos, sin exijirles fürnz,rni caucion alguna, pero estas tie­ nen la cualidad de sor de una nacion favorita, predilecta y la principal áncora de la revolucion Americana. El día 31 se decretó en el Congreso Ja remision de 80 quintales de p ó l vora p,tra Buenos-Aires que babia pedi­ do aquella junta, y aunque hubi e r o n algunos. opositores a la remesa, na­ da consiguieron; y dijimos arriba que el corto intérvalo de algunos dias de -sosiego era aparente y pasajero; y en efecto desapareció prontamente pues desde los úlli,:nos de este mes se esparció el secreto rumor de que un terceró y nuevo partido faccioso int c n , taha apoderarse de las armas y qel Gobierno, y se comprobó esta sospecha el día 2 �le Setiembre, en cuya larde se supo gue el sarjento mayor del batallon de Granaderos D. Juan José Ca­ rrera, transportó 70 fusiles a la casa ele ,,u padre D. Ignacio Carrera, distante media cuadra del parque de artillería, colijién<lose de esta opcracion el .objeto a que se dirijió. Al día siguirnto se continuaron los preparativos de cartuchos y balas conducidos clamlestinamento a la misma casa, de todo lo cual se di ó aviso al Presidente del Congreso, presbítero D. Juan Cerdan, pero despreciando estos denuncios como rumores por,ulares, perfecciona­ ron los conspiradores su proyecto sin estorbo alguno. El 1lia 4- desdo las 6 de .Ja maüana fueron entrando 70 Granaderos a la desfilada y con disfraz a la casa de Carrera, en la que se les dispuso un abundante almuerzo y mucha bebida, clespues de cuya dilijencia se les descubrió el objeto de su reunion, ofreciéndoles grandes premios si forzaban y so apoderaban del parque de artillería, enardeciéndolos con la falsa especie de que el cu e r p o ele arti­ llería unido con las 4 compañlns acuarteladas del H.ejimiento de l llei te­ nían dispuesto asaltar el cuartel do Granade:·os y pasarlos todos a cuchillo. Colocados y dispuestos así los 70 ho.1,bres, <lPstinó olros 100 al cargo del ca p itan D. José Pórtales para g uardia del Congreso con es p resa órden de que con g re g ados q ue fuesen todos los Diputados en la sala, pusiesen centinelas dobles en todas las puertas sin permitir salir a uoclíe hasta verificado el de-

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