De la dietista al nutricionista: 50 años de una profesión
94 DELIA SOTO ALVAREZ Emocionalmente lamenté al término de las fun– ciones directivas la ·ausencia en esta vida de dos personas, que me impulsaron a este reto, desgra– ciadamente compartieron muy poco el trayecto, a lo mejor hizo posible este desafío. Así en la medida de mis fuerzas, pero con mi mejor intención, cumplí un cometido, pero las respuestas y análisis deben darla ustedes, no en palabras sino en acciones superiores, animados por el humanismo y el amor a la profesión que se pro– fesa, que ejercida como todas con lealtad, se inserta en el armónico ciclo vital de nuestro medio am– biente social que nos requiere.
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