De la dietista al nutricionista: 50 años de una profesión

76 ANA LISICIC ZANNI calle. El cuerpo de profesores Dr. Garcí~. profesor de Nutrición, Asesor Ministerial; Dr. Illanes, pediatra connotado; Dr., perdón Conde Dr. Deviado, médico, periodista, bioestadístico; Srta. Oiga, die– tista, bibliotecaria~ Dr. Cruz, "Cruchito", químico fannacéutico, bromatólogo, y muchos otros ppinan, observan y algunos alientan nuestra inqµietud. ¡Queremos ser universitarias! ¡Nos sentimos univer– sitarias! En nuestras clases de Anatomía con el Dr. Valenzuela, junto a los alumnos de Medicina ·Y Educación Física, indagamos sobre el ambiente de otras carreras, nos miraban atónitos ante nuestras confidencias. Lo mismo pasaba con las alumnas de Obstetricia, cuando el Prof. Onofre Avendaño, nos llevaba a observar partos a la Maternidad del Hos– pital Barros Luco. La presión contenida durante años comenzaba a salir, no más restricciones, no más "NO HABLAR", "NO APOYARSE EN LAS PAREDES", "NO FU– MAR", "NO MAQUILLARSE", "NO CASARSE MIENTRAS ESTUDIA". No más dependencia del Director una vez tituladas, no más asignaciones de cargos por simpatías personales. Cuánto esfuerzo y trabajo del creador de nuestra c~era, respetado Dr. Kemeny, minimizados por no dejarnos crecer y por intrigas alrededor de su persona. La Universidad era la meta, la justa meta, un día la bandera de Chile flameaba en el mástil sobre el frontis de la Escuela, las autoridades cedieron tribuna, Ministro de Salud, autoridades de la Uni– versidad, periodistas.

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