De la dietista al nutricionista: 50 años de una profesión

48 ES I EBAN KEMENY H. cupación de juventud, pero que no contaba con la tenacidad de Don Alejandro... Porque de.-repente, en una fría mañana de Octubre de 1936, sentimos unos golpes en la puena de nuestra oficina del Instituto de Dietética de la Universidad de Budapest.. y vimos entrar dos personajes, cuya influencia en nuestra vida futura ni siquiera imaginamos entonces. Eran el Dr. Enrique Laval y Don Esteban lvovich, funcio– narios de la Beneficencia Pública de Chile, quienes por encargo de Don Alejandro preguntaron por los pla.nos completamente olvidados por el autor -de estas líneas. Surgió de este encuentro una amistad a primera vista, intensa y resistente a todos los em– bates del tiempo. Estaría fuera de la fmalidad del presente trabajo relatar todos los detalles de este primer encuentro que culminó con una invitación a Chile. Sería igual– mente inoficioso descubrir nuestras emociones cuando el barco, que nos conducía a estas costas soltó sus últimas amarras, quedando a~s el Viejo Continente, que luego tenía que sumergirse en los horrores de la Segunda Guerra Mijndial, cuyas som– brías nubes, cargadas de destrucción, ya· eran claramente visibles en el horizonte. Fines de Marzo de 1939... Los cerros de Valpa– raíso se dibujan en el fondo gris de la mañana. Traspasamos la frágil pasarela del barco, para pisar tierra chilena... y aquí empieza nuestra historia.

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