De la dietista al nutricionista: 50 años de una profesión

RAICES DE LA ESCUELA DE DIETISTAS 39 mente al Instituto de .Don Joaquín Cabezas, les enseñara técnica culinaria. Este primer curso y bastante de los siguientes, se destinaron fundamentalmente al perfeccionamiento de personal que ya trabajaba en los hospitales, incluyendo hasta meritorias 'cocineras' con años de servicio a su favor. Recuerdo que en las pruebas se les perdonaba "las hacergas que daban carcio y yerro", por los sabrosos charquicanes que conse– guían guisar en esas viejas cocinas a leña, con sus grandes ollas y paletas de madera para revolver. Una tolerancia precursora de los cursos para auxiliares paramédicos de alimentación, no sólo para lactantes coro.o los de SEDILE, sino para adultos enfermos y sanos, un propósito que parece aún no ha llegado a concretarse adecuadamente. Más tarde, se comenzaron a recibir alumnas venidas de fuera de los establecimientos hospi– talarios y hasta postulantes que, desde 'El Físico', aspiraban a ser dietistas como título de postgrado. Al parecer el campo hospitalario, como una espe– cialidad de la Economía Doméstica, era de gran porvenir profesional. Y en realidad lo tenía, pues el Dr. del Río y sus continuadores en la Dirección General aspiraban al perfeccionamiento de las cocinas de todos los hospitales del país. Para el logro de estos propósitos, los programas de enseñanza se alimentaron con la savia que, en equilibrada conjunción, venía por las raíces de salud-dietética y por las pedagógicas de técnica culi– naria. En el objetivo general del curso: "saber pre-

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