De la dietista al nutricionista: 50 años de una profesión
RAICES DE LA ESCUELA DB DIETISTAS 33 pático solterón. Algún día alguien debiera escribir la vida de esa 'antepasada', que era capaz de pasar del vaso precipitador a la olla. de ir a comprar a la Vega y de mantener en orden el estante de los reactivos. En el Laboratorio del Dr. Cruz-Coke también se apreciaba la falta de este colaborador intermediario entre Nutrición y Alimentación. Cuando fui alumno de su segundo curso de Química Biológica en 1928, acababa de auspiciar una encuesta alimentaria en la que, entre otros, participaron los futuros Ptemios Nacionales de Medicina, Drs. Jorge Mardones Rcs– tat y Héctor Croxatto. Y lo había hecho porque, con la amplitud y profundidad de su criterio, el Prof. fue otro de los pioneros que apreció que era in– dispensable que los médicos supiéramos no sólo las fases del metabolismo, sino también el cómo se alimentaba concretamente nuestro pueblo. Lo que sucedía en el interior de las células era más fácil de aprender que hoy: el ciclo de Krebs era más sencillo; las vitaminas eran la A y la B, con sospechas sobre la C y el anuncio, en la clase inaugural de ese curso, que ya se podría reemplazar el sol por la D para prevenir el raquitismo. Las funciones de los mine– rales aparecían muy claras. sin que nos com– plicáramos por el tipo de alimento en que los recibiéramos. Más difícil era enseñamos a hacer encuestas e interpretarlas. Entrenando bien a los encuestadoi:es podía evitarse lo que sucedió en la que se realizó a nivel nacional, por los Drs. Burnet y Dragonni, bajo los auspicios de la Organización de Higiene de la
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