Derechos humanos y mujeres: teoría y práctica

del saber, cuestión que radicaba no tanto en los trabajos empíricos y descriptivos de las ciencias sociales, sino que más bien en la representación que estos hacían de las mujeres. De allí que se hablará de una “invisibilidad analítica” de las mujeres en las disciplinas sociales. 98 Los Estudios de la Mujer plantearán la existencia de dos grandes prejuicios que operan interrelacionadamente en las disciplinas sociales: el androcentrismo ―una mirada desde y centrada en lo masculino― y el etnocentrismo ―referido a que el punto de referencia de la comprensión es la cultura dominante occidental―. Dado que ambas preconcepciones han incidido en los modelos analíticos y en la observación de la realidad, estos Estudios concluyen que agregar el “tema de la mujer” en las diversas disciplinas sociales no solucionaría el problema de su representación, por lo que se hacía necesario desarrollar un proceso de reconstrucción de la información, analizando los fenómenos sociales desde la perspectiva de las mujeres, y discutir los modelos teóricos dominantes en muchas de las disciplinas sociales. 99 Como señala Teresita de Barbieri: “[Es posible distinguir] dos posturas diferentes que han acompañado a la investigación sobre las mujeres:unaquecentraelobjetodeestudioen lasmujeres,esdecir,engenerar,acumularyrevisar informaciónehipótesissobrelascondicionesdevidaydetrabajo,lacreaciónyla culturaproducida porlasmujeres.Otraqueprivilegiaalasociedadcomogeneradoradelasubordinacióndelasmujeres. […] [M]ientras la primera perspectiva puso el énfasis en la generación de conocimientos sobre las mujeres y los determinantes de sus condiciones sociales, con un claro predominio del estudio de las relaciones mujer-varón y mujer-mujer […], para la segunda, las premisas más generales explícita o implícitamente formuladas sostenían: a) La subordinación de las mujeres es producto de determinadas formas de organización y funcionamiento de las sociedades. Por lo tanto, hay que estudiar la sociedad o las sociedades concretas. b) No se avanzará sólo estudiando a las mujeres, el objeto es más amplio. Requiere de analizar en todos los niveles, ámbitos y tiempos las relaciones mujer-varón, mujer-mujer, varón-varón. Es en esta búsqueda donde surge y se expande el concepto de género como categoría que en lo social, corresponde al sexo anatómico y fisiológico de las ciencias biológicas. El género es el sexo socialmente construido” 100 . Una primera aproximación al contenido del concepto de género como construcción social de los sexos será adoptado por las diversas disciplinas de las ciencias sociales, cada una de las cuales lo traduce y reformula dentro de las fronteras de cada campo del saber específico. El concepto de género proviene de la psicología y la medicina, específicamente del trabajo del psicólogo John Money y del psiquiatra Robert Stoller. Este último publicó en 1968 el libro Sex and Gender 101 , al inicio del cual se pregunta cuánto del comportamiento y las preferencias sexuales de un individuo le son impuestas por fuerzas biológicas predeterminadas, en qué medida esas fuerzas biológicas son influenciadas por experiencias de aprendizaje y en qué medida determinadas culturalmente. Para responder a estas interrogantes recurre a la distinción entre sexo y género, 98 MONTECINO (1997, p. 12) 99 Ibíd., pp. 12-13. 100 DE BARBIERI (1993, pp. 148-149). 101 En este libro el autor examina varios casos en que el sexo genético no se corresponde con la identidad sexual asignada, por ejemplo, en el caso de niños genéticamente varones que tras haber sufrido la mutilación del pene fueron socializados como niñas. A partir de estos casos, Stoller concluye que lo que determina la identidad y el comportamiento de género no es el sexo biológico, sino la vivencia del sexo asignado. 58 Derechos Humanos y Mujeres: Teoría y Práctica

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