Derechos humanos y mujeres: teoría y práctica
atención continua en la adquisición de derechos puede no ser beneficiosa: las experiencias y preocupaciones de lasmujeres no son fácilmente traducibles al lenguaje estrecho e individualista de los derechos; el discurso de los derechos simplifica exageradamente complejas relaciones de poder, y su promesa podría frustrarse ante las desigualdades estructurales del poder; la búsqueda de equilibrio entre derechos que están ‘en competencia’ por parte de entidades que toman decisiones, con frecuencia reduce el poder de la mujer; y los derechos específicos, tales como el derecho a la libertad religiosa o a la protección de la familia, de hecho pueden justificar la opresión de la mujer. Los y las feministas han examinado la interpretación de derechos aparentemente diseñados para beneficiar a las mujeres hecha por tribunales nacionales, y han señalado su construcción típicamente androcéntrica” 93 . A modo de respuesta, Hillary Charlesworth, una de las principales exponentes del feminismo en el plano del DIDH, sostiene que la adquisición de derechos es una táctica importante en el terreno internacional en dos sentidos: el primero es que el discurso de los derechos para las mujeres tiene la función de habilitar para el poder, permitiendo su visibilización en terrenos donde siguen siendo invisibles; y el segundo es que el discurso de los derechos le permite un enfoque al feminismo internacional, que puede traducirse en acción si las respuestas a las demandas de las mujeres resultan inadecuadas. 94 Por último, se han dirigido críticas al esencialismo que supone el desarrollo de un derecho internacional de los derechos humanos de la mujer, consistente en asumir que todas las mujeres tienen atributos y experiencias similares e ignorar el impacto de otros factores que las afectan, además del sexo (como la raza, la clase, la etnia, etc.). Al respecto, Charlesworth sostiene que el patriarcado y la devaluación de la mujer, aunque se manifiestan de manera diversa en distintas sociedades, son prácticamente universales. 95 4. EL CONCEPTO DE GÉNERO A partir de la década de los sesenta, los movimientos feministas se centrarán en explicar las causas y consecuencias de la condición de subordinación de las mujeres en las sociedades. El primer paso en este proyecto consiste en la constatación de que los desarrollos disponibles hasta ese momento en las ciencias sociales y las humanidades no entregaban información suficiente acerca de tal subordinación, ya que los cuerpos teóricos de estas disciplinas o bien no trataban la desigualdad entre hombres y mujeres, o bien la justificaban. En efecto, no existían estudios que evidenciaran los dispositivos de la dominación y predominio de los varones sobre las mujeres. 96 Ante ese estado de cosas, un grupo diverso de mujeres académicas, en varios países, se propusieron “generar conocimientos sobre las condiciones de vida de las mujeres; rescatar el pasado y presente de los aportes de las mujeres a la sociedad y la cultura y hacerlas visibles en la historia, en la creación y en la vida cotidiana” 97 . Nacen así los “Estudios sobre la Mujer” o “Estudios sobre las Mujeres”, los que se multiplican rápidamente en centros académicos y organizaciones no gubernamentales para instalarse de manera definitiva durante la década de los setenta. En paralelo surge un proceso de cuestionamiento a los grandes relatos teóricos sustentados por las ciencias sociales, cuyo primer objetivo es mostrar la invisibilidad de las mujeres en los diversos ámbitos 93 Ibíd., pp. 57-58. 94 Ibíd., p. 58. 95 Ibíd., p. 59. 96 DE BARBIERI (1993, p. 145). 97 Ibíd., pp. 147-148. 57 Derechos Humanos y Mujeres: Teoría y Práctica Feminismos, Género y Derecho
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=