Derechos humanos y mujeres: teoría y práctica

en el que los electrodomésticos libraban de algunas de las tareas más trabajosas y humillantes necesitaba a una ingeniera doméstica al frente. Una mujer que sabía que el éxito provenía de una correcta dirección de la empresa familiar. Cada ama de casa era una directora gerente de la que dependía el éxito completo de la familia nuclear. […] Una “mujer moderna” no sólo tenía a punto su hogar tecnificado, sino que establecía las relaciones por las cuales el marido podía progresar […]. Los modelos de mujer cambiaron, tanto en el cine como en la publicidad y las revistas. […] En la televisión, cuya influencia se iba extendiendo sin cesar, el modelo de mujer que pudiendo hacerlo todo decide hacer de ama de casa, tuvo ejemplos sobresalientes en series de gran éxito. “Embrujada” es un perfecto resumen de todas ellas. La protagonista no es una vieja bruja como su madre, sino una esposa cariñosa que renuncia de buena gana a sus poderes y se desvive por la vida profesional de un marido mediocre y simpático” 45 . Esta reconfiguración del rol de las mujeres va a dar lugar a lo que se conoce como “mística de la feminidad”: “La mística de la feminidad afirma que el más alto valor y el único compromiso de las mujeres es la realización de su propia feminidad. Afirma que el gran error de la cultura occidental, a lo largo de la mayor parte de la historia, ha sido minusvalorar esa feminidad. Afirma que esa feminidad es tan misteriosa e intuitiva y está tan próxima a la creación y al origen de la vida que la ciencia artificial nunca será capaz de comprenderla. Pero por muy especial y diferente que sea, en ningún caso es inferior a la naturaleza del varón; incluso en algunos aspectos podría ser superior. El error, afirma la mística, la raíz de los males de las mujeres en el pasado, es que estas envidiaban a los hombres y trataban de ser como ellos en lugar de aceptar su propia naturaleza, que sólo puede hallar la plenitud a través de la pasividad sexual, la dominación masculina y el nutricio amor maternal” 46 . En La mística de la feminidad , Betty Friedan realiza un análisis profundo y clarificador de los diversos ejes de este periodo y la nueva vida doméstica de las mujeres en los Estados Unidos. A mediados del siglo XX las modernas amas de casa estadounidenses repletaron las consultas de los psicólogos para buscar solución a una sensación de insatisfacción y descontento al que Friedan denominó “el malestar que no tiene nombre”: “El malestar ha permanecido enterrado, acallado, en lasmentes de lasmujeres estadounidenses, durante muchos años. Era una inquietud extraña, una sensación de insatisfacción, un anhelo que las mujeres padecían […]. Cada mujer de los barrios residenciales luchaba contra él a solas. Cuando hacía las camas, la compra, ajustaba las fundas de los muebles […] y se acostaba junto a su marido por las noches, le daba miedo hacer, incluso hacerse a sí misma, la pregunta nunca pronunciada: ¿es esto todo?” 47 . Antes de la emergencia de esta enorme maniobra que devolvió a las mujeres a lo doméstico se había producido una obra fundamental para el feminismo: El segundo sexo , de Simone de Beauvoir. En ella, la autora explora el “problema de la mujer” y el origen de su estatus como segundo sexo. Publicado en 1949, este texto es considerado una de las obras fundacionales del feminismo del siglo XX. Simone de Beauvoir se ubica dentro de la tradición filosófica del existencialismo. Desde este marco conceptual se plantea como primera interrogante: ¿qué es una mujer? La respuesta implica 45 VALCÁRCEL (2001, pp. 21-22). 46 FRIEDAN (2009, p. 81). 47 Ibíd., p. 51. 44 Derechos Humanos y Mujeres: Teoría y Práctica

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