Derechos humanos y mujeres: teoría y práctica

2.2. Lo que igualamos Para Rawls, la pregunta de qué es lo que igualamos tiene una respuesta directa: recursos. Es decir, lo importante es cómo se redistribuye la riqueza creada socialmente. Dworkin profundiza y continúa la propuesta de Rawls, pero incorpora la noción de igualdad de bienestar . Esta se divide en teorías del éxito y teorías de disfrute . En ambas existen elementos subjetivos, marcados por las preferencias personales de cada individuo. Estas preferencias pueden ser políticas ― cuál es mi concepción de lo bueno y cómo debe distribuirse la riqueza/los recursos en la sociedad, considerando que estas opciones me afectarán a mí y a mi entorno cercano ― , impersonales ― cuál es mi punto de vista sobre asuntos que no me afectan directamente ― y personales ― cuáles son mis deseos de vida ― . Teniendo en cuenta este conjunto de preferencias, Dworkin estima que las que deben ser igualadas son las personales, excluyendo las políticas y las impersonales. Dos ejemplos permiten comprender la elección de Dworkin: si yo soy un racista y la sociedad no lo es, podría ser necesario compensar las preferencias políticas fallidas, como el racismo. Respecto de las impersonales, si yo realmente quería que hubiera vida inteligente en Marte, lo que hasta ahora no ha sido comprobado, la sociedad podría estar en la posición de compensar esa pérdida del bienestar. Pareciera que lo que Dworkin busca evitar al excluir del espectro de preferencias a ser igualadas las políticas e impersonales, es evitar, respecto de las primeras, resultados indeseados, y de las segundas, igualar preferencias que pueden ser superfluas en cuanto a su impacto en los destinos de las personas. Entonces, él acepta una versión limitada de la igualdad de bienestar, donde lo que debe compensarse son l as preferencias respecto de nuestras propias vidas. Esto, desde luego, es complejo: las personas tienen diferentes preferencias, algunas de las cuales podrían ser objetables, pero la idea es que las preferencias de cada persona deban ser igualmente satisfechas . Lo determinante, claro está, es reco nocer la capacidad de cada persona, su agencia, para determinar qué es lo relevante en su vida; para reservar y legitimar un espacio para la elección y la ambición de cada persona. Por tanto, lo que debe ser igualado es aquello que es importante para quien, lo que debe ser evaluado en términos generales. Surgen, a lo menos, dos cuestionamientos para esta teoría, que si bien no analizaremos en extenso, es bueno tener en mente: ¿Qué sucede con las personas que cultivan gustos o preferencias caras o lujosas? ¿Debemos compensarlas? Por otra parte, ¿Qué sucede con las personas que tienen necesidades especiales como una discapacidad? ¿Debe existir un traspaso de recursos sin límite para satisfacer las preferencias de las personas? Respecto de la igualdad de recursos , teoría que el autor prefiere, Dworkin busca compatibilizar su noción de igualdad con la de mercado, pues para él la idea de igualdad de recursos presupone la existencia de este y ambos no están necesariamente en tensión. 35 La igualdad de recursos no es, para el autor, el que todas las personas tengan la misma cantidad de dinero. De hecho, una distribución justa, es decir, que sea sensible a los principios de igualdad rawlseanos, es aquella que aprueba lo que él denomina el test de la envidia. Para probar su teoría, Dworkin utiliza una situación ficticia: se imagina un grupo de personas que han sobrevivido a un naufragio y se encuentran en una isla desierta. Todas ellas, quienes tienen los mismos talentos naturales y la misma cantidad de dinero para gastar, participan en una gran subasta por los diferentes bienes sociales. El resultado de la distribución será justo si al final de la subasta nadie envidia el conjunto de bienes de otros. Es 35 Tanto la igualdad de bienestar, como la de recursos, abordan los bienes en dominio privado, no en el público. “ Equality of political power, including equality of power over publicly or commonly owned resources, is therefore treated as a different issue, reserved for discussion on another occasion ” (DWORKIN 1981, pp. 283-345). 157 Derechos Humanos y Mujeres: Teoría y Práctica Mirando la Discriminación con Otros Ojos

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