Derechos humanos y mujeres: teoría y práctica

a derechos humanos es prácticamente contra cultural en el ambiente actual de nuestra disciplina. Estamos obligadas/os a crear argumentos jurídicos que aporten a la emancipación, utilizando leyes, doctrina y jurisprudencia que dicen responder, y en parte responden a la declaración de los ideales de igualdad de nuestras cartas de derecho, pero que en gran medida también encarnan la naturalización del sexismo, la homofobia, el clasismo y la intolerancia frente los múltiples “otros” marginalizados. Trabajar con el derecho es, como bien sabemos, un arma de doble filo. Un aspecto importante de lo que hacemos es mostrar qué pasa si aplicamos, sin las distorsiones de los “recortes ideológicos” que se han instalado en el statu quo de la realidad asumida por los operadores del derecho, los principios del derecho (autonomía, no discriminación, última ratio del derecho penal, representación democrática, por pensar en sólo algunos). En palabras más simples, tratamos en nuestro trabajo de mostrar las consecuencias que necesariamente debieran deducirse si aplicáramos nuestros principios estando genuinamente convencidas/os que todas las personas somos realmente iguales en dignidad y derechos. Probablemente todas/os las/os lectoras/es de este libro creen, como yo, estar genuinamente convencidas/os de la igual dignidad de todas las personas. Eso no basta. Es solo un principio auspicioso. Necesitamos aprender permanentemente, en primer lugar, a mirar y escuchar. La historia de la marginación es la historia de la invisibilidad. Si no conocemos los detalles de la discriminación que sufren los distintos grupos subordinados (y la de los grupos menos poderosos y acallados dentro de esos grupos, que también suelen existir), vamos a herir y dañar, a pesar de nuestras mejores intenciones. Pero no podemos quedarnos en el reconocimiento de la dignidad de las múltiples identidades que han sido históricamente desplazadas. El desafío no se limita a conceder un lugar en el mapa a los “otros”, sino a reconstruir una comunidad nacional y global amplia en que “el sentido común” sea efectivamente el de la igualdad de derechos. Hay unas pocas personas cuya empatía y lucidez les permiten tratar a los demás como si ya esta comunidad de personas iguales en dignidad fuera una realidad. Actúan como si el “sentido común” al que anhelamos ya estuviera instalado entre nosotros y no dejan nunca de asombrarse, como “si algo no calzara”, frente a los actos de discriminación y desprecio que repetimos incansablemente los seres humanos. Actúan como faros en nuestro camino. Una de esas personas es Cecilia Medina, quien fue fundadora y codirectora del CDH, miembro del Comité de Derechos Humanos de Naciones Unidas y la primera mujer que presidió la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Es ella quien debió escribir este prólogo. Creo representar a todas/os las/os autoras/ es de este libro al rendirle un homenaje a esta maravillosa mujer, que a pesar de sus achaques, es probablemente más joven que todos/as nosotras/os. Aprendimos mucho de ella porque tiene una mezcla de capacidad intelectual, claridad mental y una sensibilidad que permite trabajar con los temas jurídicos desde una perspectiva original y fructífera. Pero yo, al menos, y creo que esta experiencia es común a quienes la conocemos, aprendí más de ella cada vez que se asombraba o conmovía ante la injusticia, siempre como si fuera la primera vez en que la enfrentaba (¡ella, que vivió la violencia de género, la violencia del exilio y escuchó interminables testimonios de violaciones masivas y sistemáticas de derechos humanos en la Corte!). Revelaba en esos momentos su profunda convicción en la dignidad humana y disolvía, con solo gestos, todas las teorías y excusas que nos hemos inventado para justificar lo injustificable. Este libro tiene una historia valiosa que se entrelaza con las historias de sus autoras/es, de quienes han pasado por el CDH y de la comunidad global más amplia de quienes compartimos ideales de igualdad de género y tratamos de vivir a su altura. El futuro del libro queda en sus manos. Verónica Undurraga V. Santiago, octubre 2013 12 Derechos Humanos y Mujeres: Teoría y Práctica

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