El niño abandonado en Chile: la herencia del régimen militar

& N~O ABANDONMXJ ENClllLE S3 afto 86 y, a febrero del 90, a I .592. Es una forma de rebabfürar sin proceder al encierrodel menor. Es aplicable por resolución judicial. Sebuscaobtenecuncambio de conductaa través del vínculopenooa) entre el profesional especializado y el menor en su propio medio social. El desenvolvimientocotidianode estos sistemasderehabilitación se expresa, por ejemplo, en el Instituto de Menores "Padre Luis Amigo", administrado por la Congregación de TerciariosCapuchi- nos y ubicado en Tomé, VIIRegión. ParaingresaraesleCentrodeRehabililación Conductual, CERECO masculino, serequierecumplircon una edad mínima de 11 a 16anos. ydc 16a18aftosencasodeserdcclaradosindiscernimiento.Pucden pennanecer basta los 21 aftos. El C.I. va de limítrofea muy superior. No hay precondición de escolaridad. No se aceptan alteraciones psíquicas o déficit sensorial físico o motor. Se requiere presentar orden judicial, certificado de nacimiento, de salud. infonne social y psicológico. Los CERECOS, en general, están aceptando nmos con inteligen- cia limíttofe, a pesar de que más del SO por ciento de los niftos con problemas de conducta está por debajo de este índice. Un testimonio que refleja lo heterogéneo del sistema es el que reprodoclmos ahora. En este relato se conoce el origen social del joven, los resultados de las emidicaciones de pobladores, d tránsito entre un sistema y otro, las expoctalivas, vivencias y tipo de dificul- tades que enfrentan: "Tenía dieciséis m\oS cuando llegué al CERECO (Centro de RehabilitaciónConductual). Allá,bueno, allá meencontréconmucha violencia... cabros agresivos. Habíadiferencia entre losmás tontos y losmás pillos(esosiemprepasaen lugares así); había cabrosque eran choros y les pegaban a los OltoS". "Conmigo luegosedieron cuenta de que erabuenopa'lapelota.así que una vez un cabrome dijo: 'Si tú metís un gol. te voy apescara patjas'. Pero yo jugué igual. hice goles, y cuando llegué adentrome pusieron una pata en el pecho. Ahí quec:1!, en el suelo, no se metió