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PEDRO -RECIO
Ya pude ver los viejos tajamares,
que aún son el baluarte de Santiago.
¡Cuántas veces sus bloques seculares
del turbión e:vitaron el estragol
Si digo que por útiles los quiero,
como gran monumento los venero.
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Aumentó mi entusiasmo al alborozo
cuartd6 observé la plana del obrero,
que enmendaba prolija algún destrozo
o pulía con arte
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grosero.
Al darse cuenta del inmenso gozo
-que me embargaba, dijO un caballero,
que director de
~a
obra parecía:
HEstos diques restaura la -Alcaldía."
y
yo le respoñdí:-HTalMunicipio
merece los latÍreles -de la -Fama.
No habrá
~ntresus
ediles tan'toripío _.-.–
y será la honradez el oriflama
que hayan enarboládo en un principio; -
y por ello -talvez se les proclama:
únicos honorables campeones .- •
~-
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Serán-de este país las excepciones."