CIENI'OCINCUENTA AÑOS DE POLÍTICA EXTERIOR CHILENA
has~(J¡
el Cabo
de
Hro'rrnos",
además de las ubicadas al Occidente de
Tierra del Fuego-. Disponía el tratado el arbitraje de una potencia
amiga, como medio general de aplicación para resolver discrepan–
cias que surgieran entre las partes.
/Chile en ese momento, dice el :historiador Encina, esta:ba triunfante
en el Norte, respaldado por una marina y un ejército lpoderosos, es–
taba en condiciones de aplazar la disputa o exigir el arbitraje. Pero
se había creado conciencia en la opinión pública del escaso valor
de la P.atagonia; por otro lado la atención pública estalb!a fija y es–
peranzada. en Tarapacá y Antofagasta, ella representaba riqueza,
trabajo, progreso.
Creo que es importante recalcar el sentimiento nadonalista argen–
tino, que atravesó todas las crisis políticas con conciencia de los des–
tinos de su país y mantuvo una línea internacional única y continua–
da: aplazar una definición hasta que una coyuntura histórica o un
crecimiento e<:onómico y un mayor poderío le permitiera un arreglo
directo ventajoso. lLa mayoría de los gobiernos chilenos de la 2a.
mitad del s.
XIX
fueron débiles en la defensa de los titulos de la Pa–
tagonia Oriental y en la colonización de la zona a:ustral. Los intelec.
tuales combatieron el aislado empeño en defenderlos, sólo años más
tarde se comprendió el !Valor de lo perdido.
!Hay preguntas que es importante también plantearse ¿Habría sa–
lido Chile victori,oso en un nuevo enfrentamiento? ¿Habríase conti.
nuado indefinidamente, en unll! larga y estéril paz armada con
Ar–
gentina?
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La
Conso¿,:d,ación definitiva.
A través de largas y laboriosas gestiones diplomáticas, llevadas
principalmente a cabo durante el s.
XX,
se obtiene un ajuste defini–
tivo de fronteras con nuestros vecinos.
Difícil trabajo ,fue en el Norte firmar los tratados de paz defini–
tivos. Años después del P,acto de Tregua de
IBM
se aviene Bolivia
a
suscr~bir
un acuerdo en 1895; por él, Chile se comprometía a en–
tregar una salida al mar posiblemente por la zona de Tacna y Arica,
si ésta le era concedida por el plebiscito. Las sucesivas objeciones y
proposiciones de enmienda por parte del congreso /boliviano hicieron
fracasar este acuerdo, BoliJvia dese<!Joo ahora escoger el puerto. I])eja
Chile, en cambio, de manifiesto su buen espíritu, recuerda en su obra
Don Conrado Ríos, al haber aprobado sin mayores inconvenientes
los tratados y protocolos que formaron la base de la negociación de
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