Gorbachov: demoledor y constructor

conflictivo agosto, mientras que la situación económica y los conflíctos étnicos iban agravándose y las reformas políticas se estancaban. El prestigio y credibilidad de Gorbachov habían caído ante los ojos de ambos bandos. Los conservadores lo culpaban de haber comenzado las reformas y desorganizado el país. Los reformistas no le podían perdonar la renuncia a un plan de reformas económicas más radical, el alejamiento de sus colaboradores más identificados con las reformas y, sobre todo, la masacre de Vilnus de enero de 1991. Si al iniciar las reformas Gorbachov lideraba un amplio espectro reformista, a mediados de 1991 se había quedado más y más solitario. El peligro del Golpe se divisaba en la sociedad desde principios de 1991; sin embargo, en verano parecía haberse alejado un poco, gracias al último intento de resolver los conflictos entre las repúblicas soviéticas a través de la elaboración y firma de un nuevo Tratado de Unión. La preparación de este documento fue la última gran obra de Gorbachov reformista y estadista, y fue el último intento de mantener el proceso de cambios dentro de marcos evolutivos. La polarización en la sociedad, sin embargo, ya hacía imposible una reconciliación entre los dos bandos. Un día antes de la esperada firma del nuevo Tratado, estalló el Golpe. Hay que destacar que el intento golpista provenía no de las fuerzas ultra-conservadoras o nacionalistas fuera del sistema, sino del entorno más cercano de Gorbachov, de aquellos sectores de la Nomenklatura que habían sido atraídos por él meses antes, en reemplazo de los reformistas, cuyo alejamiento se debió a una fuerte presión conservadora. Este nuevo entorno de Gorbachov se caracterizaba en primer lugar por una evidente mediocridad política e intelectual y, corno demostraron los sucesos de agosto de 1991, por un desconocimiento fatal de la situación real en el país. El carácter del Golpe era abiertamente restaurador. Los golpistas se apoyaban en el discurso antiguo, muy desprestigiado ya en la sociedad y no pudieron ofrecer un proyecto distinto para la salida del país de la crisis. De esta manera la alternativa para la sociedad fue o la crisis actual o el pasado desprestigiado; ello favoreció a la opción de rechazo a los golpistas. Los golpistas no descartaban la posibilidad de apoyo de Gorbachov a su acción hasta después de su negativa de participar en el pronunciamiento. En realidad, necesitaban de él para legitimar su acción ante el mundo. De ahí, sus declaraciones ambiguas en la conferencia de prensa acerca del estado de salud y la --26-

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=