La Biblioteca del Instituto Nacional y de la Universidad de Chile

El Instituto Nacional enfrentó el cambio de siglo frente a un Estado que comienza a administrar una serie creciente de colegios estatales, y pasó a ser uno más de entre otros. Para este año, la documenta- ción es cada vez menos constitutiva, menos trascendental.Tiene que ver con muchas licencias médicas, controles de asistencia y permisos otorgados a los profesores. En 1896, el ministerio decidió que era conveniente reducir los gastos de la administración pública y se entregó toda la alimentación de los estudiantes a un contratista externo que aseguraba economizar los recursos.A pesar de este escenario adverso, ambas instituciones bregaron por continuar con la política cultural de la que sentían respon- sables y que encarnaba en la biblioteca compartida. Un decreto firmado por el Presidente Germán Riesco, el 16 de octubre de 1901, señaló:“Vista la nota que precede del Rector del Instituto Nacional, y teniendo presente lo informado al respecto por el rector de la Universidad, decreto: La biblioteca del Instituto Nacional permanecerá abierta al público durante todos los días del año, desde las once de la mañana hasta la cinco de la tarde, a excepción de los días domingos y de fiestas, el 18, 19 y 20 de Septiembre y el jueves, viernes y sábado de Semana Santa”. Ese año la Biblioteca del Instituto Nacional tenía 44.064 volúmenes y 19.636 lectores 61 . El año 1903 el número de libros subió a 45.360 pero sus lectores que se contabilizaban como profesores, alumnos y público en general bajaron a 12.024 y el horario de atención se redujo de 12 a 17 horas 62 . En la época era la única biblioteca a la que podían concurrir los menores de 15 años y era en efecto, una de las primeras que contaba con una sección consagrada a la literatura infantil 63 . El Centenario de la Independencia pone paños fríos al álgido fin de siglo y permite retomar, en un ejercicio de memoria importante, las hebras fundacionales. El Cententario del Instituto fue una ce- remonia pública que vuelve al origen también de esa historia pues se realiza una velada en el Teatro Municipal, la primera construcción pública financiada por el Estado, en terrenos de la Antigua Univer- sidad de San Felipe, con el propio presidente de la República, los Ministros de Estado y los Rectores del Instituto Nacional y de la Universidad de Chile como las máximas autoridades: 61. Op. Cit. Nº 32, año 1902. p. 331. 62. Ibídem, año 1903. p. 252. 63. Op. Cit. Nº 21. p. 58. 60

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