Perspectivas del derecho internacional contemporáneo: experiencias y visión de América Latina

DISCURSO INAUGURAL PRONUNCIADO POR EL DR. ALFREDO MORLES H. sucesión, tienen lugar en la realidad social, una visión meramente normativa del Derecho de la comunidad internacional no satisface ya las expectativas de quienes no sólo se sienten expectadores sino también protagonistas de un proceso que alumbrará. sin duda una humanidad mejor". Sea oportuno recordar que Werner Goldsch– midt y Juan Carlos Puig presentaron importantes comunicaciones en las 1 Jornadas, las cuales contribuyeron a ampliar esta visión científica del Derecho Internacional, conforme a la cual éste se in– tegra por medio de la norma, de la realidad social y de la justicia. El propio Puig nos advierte contra las exageraciones que la incor– poración del elemento dikelógico pudiera engendrar, al afirmar: "La justicia es inspiradora de todo el mundo jurídico ... , pero de– be tener un contenido científico y no suplantarse a la realidad so– cial. Y esto es así aun en la doctrina de los Padres de la Iglesia, para quienes la norma injusta debe ser cumplida, aun cuando afec– te al DeredlO Natural (no así al Derecho Divino), si la desobe– diencia al déspota no trae mayores perjuicios que el acatamiento". La visión trialista del Derecho Internacional es, además, perfec– tamente congruente con otra doctrina internacional elaborada en América Latina. Se trata de la justicia social internacional, postu– lada por el venezolano Rafael Caldera desde 1948, la cual enfoca "al hombre y al desarrollo de su personalidad como objetivos esen– ciales del orden jurídico". Expresa Caldera: "La antigua idea de justicia, interíndividual e igualitaria, no daba suficiente reconoci– miento a la existencia de la sociedad como un ente real, que tiene derecho a todo lo necesario para su existencia y perfeccionamiento, compuesta, a su vez, de personas, cada una de las cuales tiene de– recho a reclamar de la sociedad las condiciones necesarias para lo– grar mediante su trabajo una existencia humana y digna. Traslá– dese este panorama al á.mbito de la comunidad internacional, cu– yos integrantes son los pueblos y obsérvese que el actual Derecho Internacional aplica una concepción de justicia similar a la de la justicia interindividual, teóricamente igualitaria y esencialmente in– orgánica. Si la comunidad internacional existe -como lo creemos y como a diario se proclama en incontables documentos-, ella tiene deredlO a exigir de sus miembros todo lo necesario para asegurar su existencia y perfeccionamiento y sus miembros, es decir, los pue– blos, tienen derecho a reclamarle las condiciones indispensables pa– ra asegurarse una vida humana y digna". Sea pertinente recordar que esta doctrina fue ratificada y am– pliada por el propio Caldera en el acto de clausura de las 1 Jorna– das, en Caracas. América Latina tiene una profunda vocación de respuesta a los retos que plantea la realidad internacional, vocación que se enlaza . con sus contribuciones al orden planetario, tal como lo destacaba el Profesor Francisco Orrego Vicuña en·sQ magnífica comunicación a las 1 Jornadas, en la cual desarrolló el tema de "La Seguridad Económica Internacional: Una Alternativa. para un Orden Mun- 169

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