Comunidad del pacífico en perspectiva - Volumen 2
JAPÓN Y AMÉRlCA LATINA: n/A RELACIÓN EN OON'TlNUO ••• 3. La inmigración japonesa a Amb-ica Latina Otro elemento que compone el cuadro histórico y actual de las relaciones entre Japón y América Latina, es la inmigración ha– cia el Nuevo Mundo por parte del pueblo japonés. Este elemen– to humano influye decisivamente, por ejemplo, en las relaciones de Argentina con Italia o demás países europeos, para no men– cionar el ancestro españolo portugués que sigue inclinando el in– terés de América Latina hacia el mundo occidental. Sin tener el peso que tiene la inmigración europea en América Latina, no se puede negar que uno de los factores del creciente interés de Ja– pón hacia Brasil en particular y hacia algunos otros países del área está basado en el inmigrante japonés. La historia de la inmigración en grupo de los japoneses hacia América Latina se inicia hace 80 años con los primeros 790 que se dirigen al Perú; luego sigue la inmigración a México, y por úl– timo, hace 71 años los primeros japoneses desembarcan en Brasil. Se calcula que del año 1868 al año 1945 habían emigrado a Amé– rica Latina 244.334 japoneses. De los cuales 188.901 se dirigieron a Brasil, 32.917 al Perú, 14.505 a México y 5.415 a Argentina. El resto se dispersó por la gran mayoría de los países de América Latina sin llegar a los 1.000 en ninguno de estos países 6 • De 1952 a 1976 se calculan que han emigrado 64.359 japoneses, distribuidos así: al Brasil 51.849, a Paraguay 6.848, a Argentina 2.365, a Bolivia 1.804 y a la República Dominicana 1.328. El res– to se ha dividido en otros países del continente. De este últim<? contingente de emigrantes la mayoría de ellos son agricultores que llegan a la cifra de 59.513, los técnicos no llegan sino a 2.622 7 .• Si se mira el conjunto de inmigrantes y descendientes de japo– neses en toda América Latina, tenemos que en Brasil viven actual– mente unos 750.000, seguidos por unos 67.000 en Perú, 30.000 en Argentina y 10.000 en México y Bolivia. En los demás países del área no llegan a formar colonias tan numerosas. Sin poder adentrarme en los efectos sociales y económicos que ha tenido este flujo humano en las diversas sociedades de Amé- ~Ibjd. p. 305. ·Ibid. p. !I07. 15
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