Las relaciones entre América Latina, Estados Unidos y Europa Occidental
LAS RELACIONES ENTRE AMÉRICA LATINA, Esr AOOS UNIDOS y EUROPA OCCIDENTAL EE.UU. Cuadro 8 POSICiÓN DE AMÉRICA LATINA EN EL VALOR TOTAL DE LAS IMPORTACIONES DE ALGUNAS REGIONES SELECCIONADAS (en porcentajes) 1950 1960 1965 1970 35.4 21,3 17,3 11,9 Europa Occidental Il,' 6,0 5,1 3,8 Japón 9,0 6,4 8,1 6,5 Canadá 4,3 5,4 4,7 3,9 1972 10,0 3,2 5,3 3,3 Fuente: United Nations, Yearbook ollnternational Trade Statistícs (para 1950); Internado– nal Monelary Fund, Directions Trade (para los olros años). traHa y Nueva Zelandia han aumentado su participación en las exporta– ciones mundiales; y la CEE ha disminuido sus importaciones y ha pasado progresivamente a depender de abastecedores desarrollados. Al mismo tiempo, los países avanzados han establecido barreras arancelarias y no-arancelarias a la importación de productos de la periferia y aplicado políticas de precios internas de fomento a la producción de bienes pri– marios. Como consecuencia, los países periféricos han disminuido su participación en el comercio mundial de alimentos y materias primas renovables. . Asimismo, los "sistemas de preferencia" de la CEE y EE. UU. -por varia– das razones- en realidad no han facilitado el acceso de América Latina a dichos mercados. Por el contrario, la implementación de diversas medidas restrictivas en EEUU y la CEE ha dado origen a lo que se denomina el "nuevo proteccionismo" de los países desarroUadolfll. En el caso de Europa Occidental, los distintos acuerdos suscritos por la CEE con varios países del Mediterráneo y con los de la Convección de Lomé, han llevado a deli– near la creación de un bloque comercial entre la romunidad y un número muy grande de países subdesarrollados, lo cual, indudablemente ha tenido consecuencias adversas para las exportaciones de América Latina. En EE. UU. las acciones restrictivas han afectado las importaciones de cal– zado que son de gran significación para Brasil y Uruguay; de televisores que tienen interés para México; de vehículos de transporte, que también interesan a México; y de productos de construcción naval, de trascenden– cia para Brasil. De alli que, en el conjunto de sus relaciones comerciales con los centros, las naciones subdesarrolladas, excluidas las de la OPEP, han experimentado a lo largo de los últimos años déficits considerables. El déficit comercial de los países del Tercer Mundo que era de 1,5 billones de dólares en 1960, aumentó progresivamente durante toda la 62 Ver CEPAL, El Desarrollo Económico y Social y las Relaciones Económicas Externas· (1979),op. cit., pp. 139-165. 76
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