Las relaciones entre América Latina, Estados Unidos y Europa Occidental

LAS RELACIONES ENTRE AMÉRICA LATINA, ESTADOS USIOOS y EUROPA OCCIDENTAL no dependen de uno o dos productos básicos para la obtención de divisas, sino que exhiben una estructura de exportaciones relativamente bien diversificada. A juzgar por la diversificación de exportaciones (que ahora incluye gran cantidad de productos manufacturados), el grado de industrialización, y las tasas de crecimiento que han experimentado, países como Brasil y México ahora constituyen parte de lo que se deno– mina la "semiperiferia" de la economía política mundial. La realidad de estos países desmiente y desafía la caracterización clásica de Améri– ca Latina como una región no-industrializada y exportadora de materias primas para las fábricas de los centros. La vieja división jnternacional del trabajo donde los países subdesa– rrollados se incorporaban al sistema capitalista mundial como simples productores de minerales o productos agrícolas ya casi no existe. En la actualidad, países como Brasil y México se han transformado en zonas aptas para la producción competitiva de manufacturas en el mercado mundial debido, justamente, a que poseen abundante mano de obra barata, recursos naturales, y amplios mercados. Efectivamente, Brasil y México ahora compiten vigorosamente en el mercado mundial de las manufacturas. Asimismo, ya se reconoce que EE. uu. y Europa Occidental deberán hacer frente a una creciente competencia externa que le plantean los países semiindustrialízados. Incluso, un estudio reciente afirma que Estados Unidos conservará una ventaja competitiva indisputable sólo en aquellos productos o técnicas que van a la vanguardia del desa– rrollo tecnológico, o que de partida necesitan un mercado integrado muy grand¿;9. Al mismo tiempo, a partir de la mitad de la década del 60, se ha registrado una tendencia al crecimiento del conjunto de las exportacio– nes de América Latina, con un aumento de la proporción de manufacturas en desmedro de las exportaciones de materias primas. Esto no significa que el fenómeno de la dependencia esté desapareciendo en América Latina, sino que los antiguos patrones de dependencia están dando lugar a otros más nuevos. Los nuevos patrones de dependencia se distinguen por el creciente ir..terés de las corporaciones multinacionales en los mer– cados domésticos de algunos países de la región, por procesos de indus– trialización estrechamente vinculados al capitalismo internacional, y por el hecho que -como apuntase Cardoso- la producción de bienes de prodl1cción (tecnología) sigue concentrada en las economías avanza– das. Sin embargo, a pesar que países como Brasil y México exhiben nuevas formas de inserción en la economía política mundial, otros países de la región aún presentan ~squemas tradicionales de dependencia. En térmi– nos de las exportaciones, !l1uchos de los países de América Latina si– g!len siendo monoculturas. De acuerdo a datos del Banco Interamericano 69 Ver CEPAL, El Desarrollo Económico y Social y las Relaciones Económicas Exter– nas... (1979), op. cit., p. 136. 74

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