Las relaciones entre América Latina, Estados Unidos y Europa Occidental
Heraldo Muñoz / LAS RELACIONES ECONÓMICAS DE EE. UU: y EUROPA OcCIDENTAL de todas las regiones del Tercer Mundo. Efectivamente, el stock de inver– sión extranjera en Latinoamérica creció sólo. una mitad de la tasa que se registró en el Lejano Oriente aunque, cabe destacar, hubo _países lati– noamericanos, tales como México y Brasil, en los que se registraron espec– taculares tasas de crecimiento de la inversión extranjera, especialmente en los años 7fi' 1 • A pesar de la disminución relativa del rol de América Latina en la in– versión mundial -debida quizás a la implementación de políticas de nacionalización y expropiación por parte de algunos países de la re– gión- el stock de inversión extranjera en Latinoamérica creció, en termi– nos absolutos, de 18.449 millones de dólares en 1967 a 37.625 millones de dólares en 1975. . La trascendencia de la región para los inversionistas extranjeros sobresale aún más en el sector manufacturero, donde datos relativos a la inversión estadounidense en el año 1975 indicaban que <:1 19% de esa inversión total de ·EE. uu. correspondía a los países del Tercer Mundo, y un 15"7. del total mundial a América Latina y el CaritxJi2. En todo caso, Amé– rica Latina continua siendo, en términos absolutos y relativos, la región de la periferia que recibe más inversiones de los centros. La inversión extranjera en América Latina se concentra básicamente en los cuatro países de mayor mercado (Brasil, México, Venezuela y Argentina) que juntos atraen más del 50% de la inversión de los países. avanzados en la región. Conviene destacar la presencia de Brasil que en 1975 recibía casi el 25% de la inversión extranjera; México con una parti– cipación cercana al 13"0; Venezuela con poco más del 10% del total, y Argen– tina con alrededor de un 5% de la inversión, lo que representaba una notable baja en comparación a 1971 53 . Respecto a la procedencia de la inversión extranjera en América La– tina, se destaca la posición de Estados Unidos, con una participación relativa de un 63,8% el año 1967, es decir casi las dos terceras partes del total. Sin embargo, a partir del año 1967, EE.UU. ha disminuido su lmportan– cia 'relativa debido, especialmente al aumento de las inversiones japone– sas. El cambio más notable en el origen geográfico de las inversiones ex– tranjeras en América Latina ha sido, justamente, la participación decli- 51 Un punto interesante es q,ue el ritmo de crecimiento de la inversión extranjera en América Latina se ha acelerado notablemente en años recientes. Si se compara los períodos 1967·1975, es posible observar que la tasa media anual de crecimiento de la inversión extran· jera en el segundo período (12,0'1''0) casi duplica la del primer período (6,70/'0). En el pri– mer período (1967.71) se destaca la posición de Panamá ("paraíso" fiscal) con un ritmo de ~recimiento del 18,7%, mientras que en el segundo período (1971.75) aparecen tres países con tasas medias anuales de crecimiento espectaculares: Perú (18,90/'0), México (18,30/'0), y Brasil (15,6%) - (cifras de CEPAL). 62 CEPAL, El Desarrollo &onómico y Social y las Relaciones Económicas Externas... (1979), op. cit., p. 189. ~ 53 Ver División de Desarrollo Económico. Unidad Conjunta CEP.'\L/CET. mimeog.. 1978.
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=