Las relaciones entre América Latina, Estados Unidos y Europa Occidental
Heraldo Murioz / LAS RELACIONES ECONÓMICAS DE EE.m,r. Y EUROPA OCCIDENTAL Concluida la primera guerra mundial, EE. uu: desplazó a Gran Bretaña' como la principal fuenté de capital extranjero en América Latina. La mayor parte de la inversión norteamericana permaneció en el campo agrícola y minero (incluyendo el petróleo). En aquella época, Japón también había comenzado la búsqueda mundial de nuevas fuentes de materias primas y mercados. Entre las regiones geo– gráficas prioritarias para la expansión japonesa estaban América del Sur y, especialmente, el Pacífico Sur, áreas que contaban con abundantes recursos naturales y grandes espacios abiertos para la colonización 6 • Por otra parte, Alemania y otras potencias europeas centraban su atención principalmente en los vastos recursos de Africa y Asia. Entre 1929 y 1945 el flujo de capital norteamericano hacia América La– tina fue más bien modesto. La disminución de la inversión estadounidense se debió a la crisis económica mundial, y a las políticas nacionalistas de algunas repúblicas latinoamericanas. A pesar de todo, durante ese período hubo una expansión de la inversión en los rec,!rsos naturales de la región. Finalizada la segunda guerra mundial, América Latina se transformó en la zona geográfica prioritaria de Japón en cuanto a inversión y abaste– cimiento de minerales claves. Según un autor, las inversiones japonesas en América Latina se realizaban principalmente para "obtener fuentes seguras de materias primas, tales como mineral de hierro y cobre para las industrias de Japón,,7. Aunque durante el período de postguerra el comercio de Japón con América Latina era menor que el comercio con el Sudeste Asiático o con América del Norte, la inversión japonesa en Lati– noamérica era más grande que en cualquier otra región. Dicha inversión se concentraba en la región andina (especialmente Bolivia y Chile) y en México, primordialmente en el sector mineros. Alemania Federal, por su parte, también comenzó a interesarse en Amé– rica Latina y sus recursos. Efectivamente, hacia fines de 1965, la RFA había invertido cerca de 1,6 billones de marcos alemanes en la región. Aun– que esta cifra era modesta en comparación a otras zonas, la porción canali– zada a América Latina, en relación al total de las inversiones alemanas en el exterior, equivalía a un 20% (el segundo lugar después de Europa que recibía un 54~o)9 . Entre 1945 y 1961 la inversión norteamericana en América Latina declinó con respecto a Europa, pero continuó estando "centrada principalmente 6 Ver Akira Iriye, Pacific Estrm¡gement: Japm¡/Jse and American Expansion, 1897- 1911 (Cambri~ Mass: Harvard University Press, 1972), p. 38. 7 Yoshinori Ohara, Jopan m¡d La/in America (Santa Mónica, Calif.: The Rand Cor– poration, 1967), pp. 4243. 8 Ver Ministry of International Trade and Industry, Whi/e Paper on Economic Coopera/ion (Tokyo: MITI, 1966). 9 Ver Albert von Gleich, Germm¡y and Latin, America (Santa Mónica, Calif.: The Rand Co~poration,June, 1968), p. 53, 53
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