Las relaciones entre América Latina, Estados Unidos y Europa Occidental
Alberto van Klaveren / LA CRISIS DE LA HEGEMO!'iJA NORTEAMERICA:-;A o menor concentración e intensidad de sus relaciones con algún país do– minante específico. Al mismo tiempo, esta clarificación sirve para distin– guir, por ejemplo, las relaciones Estados Unidos - Canadá o Alemania Occidental- Holanda, por una parte, de las relaciones Estadgs Unidos -México o Francia- Senegal, por la otra. En los c~atro casos mencionados hay una considerable asimetría relacional que, en términos simples, im– plica una variable subordinación del segundo integrante de la pareja al primero. Esta subordinación es asimétrica debido a su falta de reciproci– dad: así, una crisis de la economía norteamericana tiene mucho mayor impacto en Canadá que una situación inversa. Pero junto con reconocer esto, el sentido común nos dice que hay una diferencia cualitativa entre los dos grupos de parejas. Esta diferencia cualitativa está dada por la mo– dalidad de vinculación histórica y específica de los dos grupos de subordi– nados al sistema económico global. No deja de ser curioso que esta diferencia cualitativa, que ha si-do expues- . ta con tanta insistencia y hasta majadería por los teóricos de la dependencia, no haya sido comprendida por algunos autores. En algunos casos esta falta de comprensión no es casual y responde a la necesidad de reivindicar el elemento nacional de gobiernos de países cuya dependencia estruc– tural ha aumentado considerablemente, pero que sin embargo han man– tenido discrepancias en el plano de la política externa con naciones capi– talistas desarrolladas. En otros casos, el problema parece reducirse a una confusión o distorsión terminológica qué ha llevado a autores como Robert Packenham a postular la vinculación del concepto de dependencia con el de poder "de manera que la dependencia se definiría como: 'poder e influencia relativamente baja', e independencia significaría; ¡poder o influencia general relativamente alta,,,a6. Vista desde el ángulo de los países dominantes, la distinción entre ambas tradiciones intelectuales y enfoques es similar. En este caso, el impe– rialismo -que no es otra cosa que la dependencia enfocada desde el punto de vista de los países centrales- tampoco se limita a la relación de un país con status alto con otro que tiene un status bajo en el sistema internacional. Por el contrario, se trata de un complejo de relaciones de carácter estruc– tural y sistémico qúe no envuelve necesariamente la existencia de imperios coloniales o de esferas de influencia más o menos excluyentes, aunque ciertamente estas vinculaciones facilitan la relación imperialísta. Es por esta razón que un autor como Pierre Jalée afirma que el imperialismo im– plica cierto tipo de relaciones dentro de la división internacional del tra- 36 Rober! A. Packenham. "Latin American Dependency Theories". Mimeo, Stanford University.July 1974, citado por Muñoz, ¡bid., p_ 100. Para una postulación similar, véase Da– vid Ray, "The Dependency Model of Latin American Underdevelopment. Three Basic Fallacies'·. ¡oumal of lnteramerican Studies and World Affairs 15. N° 1, February 1973. pp. 4-20. Queremos agregar que la idea de vincular ambos conceptos no nos parece necesariamente mala; lo que sucede es que estos autores plantean la identificación de ambos. despojando al enfoque de la dependencia de todos sus elementos básieos. 43
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