Las relaciones entre América Latina, Estados Unidos y Europa Occidental
Alberto var¡ Klaveren / LA CRISIS DE LA IIEGEMO~'{¡A ~ORTEAMERICA~A portante, la persistencia de este desafío ha sido posible gracias al apoyo de otra potencia hegemónica con intereses globales, circunstancia que permite abrigar dudas sobre las posibilidades de autonomía total de los países latinoamericanos dentro del actual sistema internacional. Sin embargo, a pesar de este carácter excepcional que tiene la experiencia cubana dentro de las relaciones hemisféricas, también en ella son visibles las limitaciones impuestas por la hegemonía norteamericana. Al respec– to, basta pensar en el aislamiento que le fuera impuesto a la isla a partir de 1962, aislamiento que en la actualidad dista mucho de estar superado. Por otra parte, es necesario hacer hincapié en la circunstancia que hasta ahora Cuba no ha podido ejercer influencia considerable en el Caribe, la región que naturalmente le corresponde, a pesar de su considerable poderío y las similitudes que se plantean entre ella y el resto de las islas y países de la región en términos geográficos, económicos, étnicos y culturalei!7. Aun cuando se podría argüir que en una cierta medida Jamaica y, más reciente– mente, Grenada y otros mini-Estados del Caribe Oriental representan excepciones a este respecto, creemos que el cuadro general respalda esta afirmación y que estas excepciones (en especial en el caso de Jamaica) son más aparentes que reales. Veamos ahora algunas de las tendencias que exceden los marcos de los problemas específicamente bilaterales entre países latinoamericanos y los Estados Unidos. En este campo, el primer tópico que surge es el de las políticas exteriores independientes que diversos países de la región han adoptado en los últimos años. La evidencia en este sentido es relativamente abundante, como lo demuestran, por ejemplo, el apoyo de Brasil y México a la resolución de la Asamblea General de las Naciones Unidas que identificó al siomismo como una forma de "racismo", y, el rápido reconocimiento brasileño del gobierno del MPLA en Angola. Analizados desde una perspectiva his– tórica estos intentos de seguir una política exterior independiente no son, sin embargo, demasiado novedosos y, por tanto, constituyen indica– dores bastante dudosos de la declinación de la hegemonía de Estados Unidos en la región. Cabe recordar al respecto que países como Argenti– na y México cuentan con una sólida tradición en esta materia, sin que ello haya significado nada parecido al rompimiento o disminución de la si· tuación de dependencia estructural de estos países con respecto a Estados Unidos u otras potencias. En el caso de Argentina, esta tendencia hacia una política exterior independiente llegó incluso a chocar directamente con los mtereses de la política extenor estadounidense con motivo de la actitud del primero hacia la segunda guerra mundial. Los ejemplos histó– ricos se podrían multiplicar y extender a países como Brasil, Chile, Perú y otros, pero lo que interesa anotar aquí es que se trata de una tendencia 21 Gregory F. Treverton, Latir¡ America in World Politics, Adelphi Paper N° 137 (Lon– don: International Institute for StrategicStudies, 1977), pp. 24-25. 35
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